El Aumento de Sueldo

Para la puesta en escena de "El Aumento de Sueldo" he optado por una solución en la que actores y pùblico se funden en el protagonismo. La obra - en el sentido habitual - no existe, ya que se parece más a un recitado medieval religioso que a una pieza teatral propiamente dicha. Los personajes no son tales: "la Hipotesis" ,"la Propuesta", " La Rubeola" , no pueden ser considerados personajes. El texto podría ser simplemente recitado por monjes de cualquier culto , o por un coro de niños , o por una sola persona. O, como en este caso , por un grupo de actores que simulan actuar como actores , aunque aficionados. La obra sucede en la imaginación del espectador, nada en escena imita la realidad a la que se refieren en el discurso. Es el espectador quien le da cuerpo, voz, escenario y emoción a la realidad imaginada. Según el planteo de Perec , los personajes no son tales, sino sólo lugares desde donde se ve la realidad posible desde un único punto de vista. Su propuesta es - en apariencia - extremadamente simple. Se sugiere al pùblico que imagine lo que podría suceder si sucediese un suceso determinado. Y esta propuesta se repite incansablemente, con pequeñas variables que dirigen el imaginado suceso en una dirección u otra , dando siempre el mismo resultado. Dolorosa parábola de la opresión : Tenemos aparentes opciones , pero están determinadas sólo a ocultar el hecho de que todas las opciones llevan al mismo fin. A fin de cometer el pecado de agregarle drama al drama, en el montaje me refiero a un mundo en el que los actores y el público bien podrían ser parte de la realidad imaginada, involucrando al espectador / creador, como parte del suceso creado. En los movimientos, las entonaciones, los juegos, he intentado usar las mismas fórmulas de Perec, creador de palabras cruzadas y de enigmas , y sigiloso amante de los espejos , los ecos y las resonancias por afinidad. Yo ubico a actores frente a atriles, parados en la embocadura del escenario , en un teatro "decorado" como se hace con salones de actos alquilados para una supuesta reunión cultural organizada por una empresa. Gestos innecesarios, entonaciones falsas y vulgares, flores, banderolas al gusto comercial, credenciales, listas de festejos, y una ropa que exhibe su miseria de alquiler o préstamo , son para darle color y sugestión a una puesta profundamente crítica a la peor pobreza , aquella en la que se carece de fines, de futuro, de esperanza. Y deja pendiente algunas respuestas : Quién es más miserable? El jefe que niega el aumento de sueldo o aquel que tiene a ese aumento de salario como única razón de su vida? Quién es más mezquino? Aquel que crea mezquinas sociedades o aquel que sueña con ser parte de ellas ? Carlos Mathus
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