La Bella Durmiente en el Bosque

Fantasía Lírica, especialmente compuesta para niños, con Puesta en Escena, interpretada por jóvenes Cantantes y Alumnos del Taller de Técnicas Teatrales para Cantantes Líricos, coordinado por Cecilia Layseca y Natalia Cappa, junto a la Orquesta Sinfónica de Avellaneda, dirigida por el Prof. Gustavo Codina.
Este Pre-estreno 2010 en idioma español en el Teatro Roma de Avellaneda, anticipará el Estreno en idioma original (italiano) en Buenos Aires en Junio del 2011.

Acerca de la Obra
El cuento de hadas del año 1689 de Charles Perrault, "La belle au bois dormant" (La bella durmiente en el bosque), inspiró a Tchaikovsky para su famoso ballet exactamente doscientos años después, y en el año 1901 le sirvió de tema para una ópera al compositor alemán Engelbert Humperdinck (1854 - 1921). Ambos trabajos fueron concebidos para intérpretes adultos. La ópera de Respighi sobre el mismo tema exige el trabajo de un conjunto de marionetas y está dirigida a audiencias infantiles.

En los años de la década de 1920 a 1930 la compañía de marionetas de Vittorio Podrecca, llamada "I Piccoli", era muy famosa, y no solamente en Italia. Después de asistir a una función en Londres, un entusiasmado George Bernard Shaw pareció preferir a los actores de madera de Podrecca que a actores reales, y también Respighi expresó su opinión de que era una alegría trabajar con actores a los que podía empaquetarlos y ponerlos en una caja después de los ensayos, de tal modo que no pudiesen molestarlo con quejas y chismes, como lo hacen sus colegas de carne y hueso.

El 13 de abril del año 1922, "La bella addormentata nel bosco", realizó su primera función en el Teatro Odescalchi en Roma. El director fue el alumno de Respighi, Renzo Massarani, y la producción escénica, que se mantuvo en la compañía de Podrecca durante veinte años, recorrió Turquía, Grecia, Egipto, Bulgaria, Rusia, Canadá, Australia y Japón. Para las funciones en Londres fue contratada la soprano Cissie Vaughan, una alumna de Adelina Patti y de Ruggero Leoncavallo. Ella cantó las partes del Ruiseñor y del Hada Azul, que es el verdadero papel principal de la ópera, en lugar del papel de la princesa.

En noviembre del año 1933, Respighi completó una nueva versión de su ópera infantil, llamada ahora "La bella dormente nel bosco", a pedido del Teatro di Torino, y dirigió la primera función el 9 de abril de 1934. Esta obra fue interpretada con pantomimas por alrededor de cien niños, mientras que las partes cantadas y habladas provenían desde el cajón de la orquesta, tal como había sucedido en las primeras funciones en Roma. Como el manuscrito de la primera versión se ha perdido, no hay ninguna posibilidad de compararla con su revisión.

"La bella dormente nel bosco" nunca ha sido puesta en escena en un teatro de ópera, aunque tal puesta en escena sería muy valiosa, con partes musicales y de canto que son de un interés considerable. Puede que existan reservas acerca del libreto de Gian Bistolfi, pero una apropiada puesta en escena puede fácilmente superar cualquier dificultad.

La música de La bella dormente nel bosco, a la que Respighi describe como una inocente burla de un melodrama contemporáneo, es toda una revelación, que contiene una síntesis de la versatilidad estilística del compositor mientras revela su sentido de humor musical, que va desde la más directa a la más refinada parodia. El compositor tenía claramente en mente rendir homenaje a los músicos de moda en ese entonces, a Wagner, Massenet, Debussy, Puccini y Stravinsky.

La ópera requiere una modesta orquesta de siete instrumentos de viento, cuerdas y percusión, además del piano, celesta y espineta (o clavicémbalo). Como Richard Strauss en Ariadne auf Naxos, en donde cuatro instrumentos de viento están duplicados, Respighi logra cosas increíbles con un pequeño conjunto de instrumentos. Las quince partes cantadas y las dos partes habladas fueron realizadas en forma original por no más de diez intérpretes.

Es obvio que tales sutilezas no pueden llegar a todas las audiencias, especialmente las más jóvenes, pero los oyentes no preparados pueden encontrar el placer, sin embargo, en la atractiva y generalmente romántica partitura del cuento de hadas de la ópera, que muestra una increíble espontaneidad, sensibilidad, melodía y una absoluta instrumentación con virtuosismo.

En esta ocasión, asistiremos a la representación completa de la obra con una propuesta escénica interpretada por un grupo de veinte cantantes que irán componiendo los cuarenta personajes totales entre protagónicos, secundarios y corales que propone el libreto de Gian Bistolfi, acompañados por una orquesta sinfónica de cuarenta instrumentistas.

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