La mala fe

Argentina, 1951. Tren que hacía el recorrido entre las ciudades de Rosario y Buenos Aires. En un vagón coinciden un joven y taciturno sacerdote católico, vestido de civil -quien dice llevar la imagen de un santo protector envuelta en un paquete-, una seductora, obsesiva y manipuladora madre y su provocativa hija, muchacha rebelde de aspecto aniñado, ambas provenientes de más allá del monte santafecino. Las huelgas ferroviarias de aquel entonces, durante el primer gobierno de Perón, hacen detener el viaje, los obliga a descender y esperar. La revuelta sindical, dicen, sólo se solucionará cuando Evita interceda en persona. El imprevisto expone las oscuras intenciones de estos personajes atribulados y revela el mal que los corroe.

Se vuelve a reunir la dupla del autor rosarino Leonel Giacometto y el director porteño Alejandro Ullúa que, años atrás, se aunó para concretar la puesta del multipremiado y exitoso drama sobre el holocausto “Todos los judíos fuera de Europa”, esta vez para abordar una obra que mezcla, en su atractiva trama, desde las frustraciones íntimas, el entorno histórico y sociopolítico de un país que cambiará para siempre, los deseos sexuales insatisfechos hasta el misticismo violento. La propuesta reúne a tres de los mejores exponentes de la sangre nueva interpretativa del quehacer artístico actual: Walter Bruno (“El ángel de la Culpa”), Lorena Vega (“Salomé de Chacra”) y Tamara Garzón Zanca (“Chau Misterix”).

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