Woyzeck

Tomando como fuerza el conflicto que resulta de la idea de naturaleza que Georg Büchner (dramaturgo alemán 1813-1837) plantea en su obra inconclusa escrita en 1837, nace esta propuesta que se propone trabajar la construcción de la realidad a través del poder, re-presentando así, la historia real del soldado alemán Friedrich Johann Franz Woyzeck.

Esta Obra cuenta con el apoyo de la embajada de Alemania y el Fondo Nacional De Las Artes. 

DIJO LA CRITICA: 

" La prohibición del deseo es un tema tan inquietante como histórico. Gonzalo López reconquista el texto de Büchner –Woyzeck– para que no se nos olvide nunca hasta dónde puede llegar la vorágine del hombre.

Notas musicales estrepitosas junto con proyecciones audiovisuales y efectos de luces acertados actualizan el texto, agregándole un valor a esta versión que la distingue de entre tantas otras. Este Woyzeck es una puesta en escena tan estética y ordenada como inquietante, con la violencia y el nervio propios que devienen de las páginas que se escribieron a principios del siglo XIX, pero adaptada a los tiempos que corren "

Leandro Ibáñez. PAGINA/12

“ Escenográficamente, el espectador queda totalmente incluído en conjunción con el desenvolvimiento de los artistas en escena. Todo esto logra convertirlo en el receptor exclusivo de las emociones expresadas en los intensos parlamentos de los personajes, y lo hace formar parte de una disposición espacial jugada e interesante. Los artistas se articulan en movimientos que en el conjunto generan una armonía coreografiada, precisa y cautivadora.

En síntesis: Woyzeck no solo invita al pensamiento y replanteamiento individual de temáticas fuertes concernientes a todos por igual, sino que deleita con una adaptación fuerte donde prima la astucia por sobre las dificultades que presenta una obra especialmente intensa.” 

Pablo Del Bue. LEEDOR.COM

"La inserción de un video, de un coro que canta en alemán, de un vestuario sugestivo y a la vez retrofuturista. Una puesta en escena meticulosa y geométricamente perfecta, donde lo único que no es perfecto es Woyzeck, el personaje en sí. Un hombre sucio entre tanta pulcritud. Molesta tanto perfeccionismo, tan poco lugar a lo espontáneo. Tanta coreografía mecanizada. Pero esa es la idea justamente. Esa es la intención."

Visualmente es atractiva y sofisticada. El individuo es desechable, y los comportamientos intercambiables. Todos somos víctimas de la industrialización es la moraleja de este encuentro.

Rodolfo Wiesskirch. A SALA LLENA

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