Los Mundos de María Elena

Un tranvía que realiza su último viaje, llega lleno de colores al escenario del teatro. Ocho músicos que vienen a bordo bajan en un mágico andén donde descubren diversos mundos sonoros y visuales:
Un mundo urbano lleno de gatitos, algunos coquetos, otros pícaros ladronzuelos.
Otro mundo en torno al mar, donde un pescador rodeado de brillantes peces busca un delfín violinista. En la playa, no muy lejos de ahí, un perro salchicha trata de escapar de una gaviota bizca que lo confunde con un camarón.
Hay otro mundo en donde -después de tomar el té- aparece un doctor con muchas erres que trae una "Vacuna Luna Luna Lu": La misma "Luna Luna Lu" que reina entre infinidad de estrellas en una noche de metalofones.
Hay un mundo quebradeño en donde vive una vaca estudiosa, un grillo enamorado de una chicharra y un grupo de señores y señoras que se disputan el protagonismo en un carnavalito meteorológico.
Dentro de un placard repleto de ropa hay un mundo matutino en el que todos se despiertan y se visten, tira con tirita y ojal con botón.
Por supuesto que también hay un mundo selvático donde una simpática monita hace sus graciosas piruetas para que todos se rían.
El tranvía queda estacionado en el andén del teatro y no se va: se niega a finalizar su último viaje, porque es mucho más divertido quedarse en esos mundos hermosos, coloridos y llenos de melodías: Los mundos de María Elena Walsh.

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