Recién asoma agosto, y ya acaba de comenzar Panorama en work in progress, un proyecto del Centro Cultural Ricardo Rojas. Durante este mes los espectadores podrán ver el proceso de trabajo de algunos de los próximos estrenos de la cartelera teatral porteña, la cocina del trabajo creativo. Las propuestas son variadas, con búsquedas estéticas heterogéneas. Los directores abarcan un espectro amplio de edades, es decir, no son todos de la misma generación. Los trabajos que se mostrarán, están en diferentes estadios de desarrollo.

Dice Matías Umpierrez, coordinador del área de teatro del Centro Cultural Ricardo Rojas, que las razones que lo llevaron a la creación de este ciclo tienen que ver con el hecho de “permitir al público acercarse y ser partícipe del interior de la producción de un espectáculo y permitir a los directores mostrar cómo articulan en el momento de crear”. Dice también que “…no hay espacios en Buenos Aires, para poder ver los procesos de creación…” Y sí. Mostrar el desarrollo del trabajo es una deuda pendiente. Muy pocos directores lo abren al público y también son contadas las ocasiones en las que el crítico especializado hace un seguimiento exhaustivo de los ensayos. Muchas veces el resultado contiene el proceso, pero muchas otras, el proceso, que es interesante en sí mismo, pierde algunas de sus perlitas en el camino, hallazgos o ideas que van quedando en segundo plano o directamente desaparecen y no llegan a coagularse en el producto final. “Este proyecto reúne diez directores de distintas generaciones y diferentes estéticas. Por eso aparece en el título la palabra ‘panorama’, porque es, también, un panorama desde el Rojas, de estos próximos estrenos y de qué está sucediendo en la cartelera porteña de teatro”, relata Umpierrez, y de esta manera alude a la amplitud de la propuesta, que reunirá alrededor de cien artistas y constituirá una movida muy grande para este centro cultural.

Dentro de este panorama, Andrés Binetti  y Paula López  presentan La asfixia ( una vulgaridad que pretende ser naturalista), espectáculo cuyo estreno está previsto para fin de año, y cuyo elenco está armado con alumnos del taller que ellos conducen. Se trata de una obra que “prácticamente no tiene argumento”, según relata Binetti. “En una posfiesta en una casa, a las seis de la mañana, ocho personajes están signados por hechos del pasado que aparecen arbitrariamente”. En cuanto a la forma de trabajo, cuenta: “Nosotros tenemos un método que se fue desarrollando con la práctica. Yo, que soy el autor de la obra, la voy escribiendo, los actores se aprenden el texto y lo corrigen o ponen evidencia lo que está mal. A partir de allí reelaboramos ese texto con Paula, desde la dirección. Los ensayos son una especie de reescritura de ese material”, concluye.

Alejandro Tantanián presentará Karamazov!, inspirada en Los hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievski . “…El texto es absolutamente inabarcable”, explica. “La idea no es hacer una adaptación, sino empezar a indagar sobre ciertas cuestiones que están en la novela y a trabajar con esta suerte de familia disfuncional, que es la gente de teatro. Teniendo en cuenta el grado de problemática de este elenco, por la cantidad de cosas a las que se dedica cada integrante, la idea fue hacer un espectáculo que estuviera constantemente en evolución, una especie de revista, con sketches, cuadros musicales, situaciones completamente cerradas en sí, que permitan la alternancia, llegado el caso de que alguno no pueda venir a alguna función. Eso también sucederá en los ensayos y sucederá en el work in progress. La idea se relaciona con las dificultades que tiene este medio para poder reunirse, con las dificultades de todos los que hacen teatro independiente. Me parece que está bueno trabajar con es limitación”. El proyecto se encuentra en un estadio de lectura, de apropiación de imágenes, de músicas, ideas. El espectáculo está pensado para ser estrenado en abril. “Karamazov- retoma Tantanián- la última novela de Dostoievski, aborda todos los temas que el autor tocó en su producción previa, pero hace una suerte de giro en el aire. Toda esa densidad que tenía para hablar de la religiosidad, el dinero, el avance de la sociedad capitalista, época de la cual es un gran testigo, cambia. El autor comienza a mirar esos temas de una manera profundamente cómica, casi farsesca. Los hermanos Karamazov es un gran melodrama. Creo que está bueno trabajar con el melodrama y el musical. Todos los temas que en Los mansos, mi espectáculo anterior, basado en El idiota, se abordaban con densidad, acá se tocarán con más levedad. 

El grupo Piel de Lava, integrado por Pilar Gamboa,  Laura Paredes, Valeria Correa y Elisa Carricajo, presentará el espectáculo Tren, que está armando sobre la idea de un grupo de mujeres que viaja en tren a encontrarse con Dios. “Estamos trabajando con escenas. Cada una de nosotras dirige una”, explica Carricajo. En este ciclo las actrices directoras presentarán dos de ellas. “Lo que aparece acá es el mundo de lo religioso, un mundo un poco lejano para nosotras. Así como sucedió con Colores verdaderos  o Neblina , nuestros espectáculos anteriores, acá también partimos desde cierto prejuicio y nos fuimos vinculando emocionalmente con un mundo que, en principio, nos generaba distancia. En este caso tratamos de ver cómo alguien se puede vincular con la creencia desde un lugar de verdad”. En cuanto al método de trabajo, el grupo probó diferentes modalidades a lo largo del tiempo. La construcción del texto siempre fue colectiva y partió de improvisaciones, pero hubo ocasiones en las que trabajó con director y otras en la que se autodirigió. “En este grupo nos interesa buscar cómo desde la actuación podemos construir nosotras. Es muy difícil para todas dejar de actuar. Cada vez que intentamos que una esté fuera y dirija, nadie renuncia”.

Gabriela Izcovich, va a mostrar Dónde está el Norte, un trabajo que surge de un taller que ella da a sus alumnos, cuyo objetivo final es generar una obra autogestiva desde la escritura, la adaptación de textos, la actuación y la dirección. El trabajo está pensado para ser estrenado en febrero, y construye su dramaturgia desde la actuación. “El texto se va escribiendo a partir de la acción. Lo escriben ellos mismos. Yo guío el trabajo. El tema de la obra es el de un grupo de actores que intenta hacer un espectáculo”, relata Izcovich. “Lo que se muestra es precisamente eso: la construcción de un espectáculo cuando no hay nada”. También hay otra línea de investigación en esta propuesta, y es la confusión de la realidad con la ficción.

Mariela Asensio  presenta en este marco el avance de Mujeres en el baño, “una obra que habla desde el ser mujer”. Así la describe. Y además cuenta: “Son seis minas que se encuentran en un lugar de exposición, que es el baño. A partir de esta metáfora que tiene que ver con el baño, éste empieza a mutar, a transformarse en diferentes opciones y formas. Para mí lo más interesante que tiene la obra es poder contar situaciones femeninas desde un lugar femenino, que no tenga los estereotipos impregnados de nuestra cultura. Lo que hacemos es reírnos, tomar con humor nuestra existencia”. Lo que se verá en el work in progress es precisamente eso: seis mujeres encerradas en un lugar que se abre y que por eso mismo se vuelve infinito. El espectáculo está bastante montado y por ende se mostrará bastante avanzado en este ciclo.

La presa, con dirección de Bernardo Cappa tiene, argumentalmente hablando, una historia delirante, que cuyo protagonista es un conde polaco dueño de un palacio en la localidad de Lobos. El trabajo comenzó con la idea de que la actuación estuviera sostenida más en formas plásticas que en relatos o situaciones. La pieza toma el momento en que un pintor reconocido es convocado para pintar un cuadro que retrate la unión de la familia del conde junto a la de su capataz, de cuya hermana muda el conde se ha enamorado. El elenco trabajó con la idea de representar los pormenores de la concepción de una pintura. “La voluntad nuestra es la de narrar. No tengo nada escrito. Apenas algunas cosas…tenemos la voluntad de ir narrando, siempre que la narración no estrangule, no agote lo que nos atrae. En eso estamos”, manifiesta Cappa.

Hay algunos otros trabajos que se presentarán en este panorama. Pompeyo Audivert  mostrará Circulo Antígona, basado en técnicas de composición pictóricas renacentistas y en el automatismo de los surrealistas. Los actores han improvisado sobre los textos de Sófocles y Leopoldo Marechal  (Antígona y Antígona Vélez respectivamente). La etapa en la que el trabajo se encuentra, es la del momento en el que, según afirma Audivert, “los actores tienen la palabra”.

Adela está casando Patos, de y con dirección de Maruja Bustamante, Nelidora, (o el extraño caso de las hermanas con la piel continua), de Santiago Loza, dirigida por Anahí Berneri  y Más solos, dirigida por Alejandro Catalán , son las tres propuestas que completan este Panorama en work in progress. El primero no tiene mucho tiempo de ensayo. Su objetivo en este ciclo es mostrar el registro actoral que se ha elegido. Quizás la siguiente afirmación de Bustamante sintetice el eje del trabajo: “Indagando cómo ha influido el pesimismo que nos dejó la década del noventa a mí y a mi familia, es que comencé con las primeras imágenes de Adela y sus patos. De pronto Adela empezó a parecerse peligrosamente a Hamlet y no pude evitar que éste se instalara como una huella, influyendo en la estructura y el universo, como una lectura noventera de la tragedia del príncipe de Dinamarca”. Por otro lado, cuenta: “Para mí es una comedia y un melodrama. Lo que quisiera que se viera de mí, es la risa que me causa mi propia catarsis cuando escribo”. La segunda tiene la particularidad de haber sido escrita por alguien proveniente del ámbito del cine y es una obra que pone en escena a dos hermanas siamesas, cuyos cuerpos están pegados. Sobre el trabajo que veremos dice Berneri:”Dos actrices con sus cuerpos atados intentan movimientos sincrónicos o se arrastran una a la otra por el escenario”. Finalmente, Catalán presentará algo así como una segunda parte o desprendimiento de Solos  espectáculo que hace rato está en cartel y que está armado sobre la base de pequeños unipersonales que crean los actores que se forman en el estudio de este director y docente. Apoyados, como es habitual en Catalán, en la potencia singular del imaginario actoral, aquí “en cada solo, cada actor despliega su actuación como un malabarismo propio o con el que magnetiza al espectador y lo conduce por procesos fascinantes e impredecibles”, adelanta. 

En fin será cuestión de asomarse al Rojas, para sumergirse en la cocina de estas diez propuestas y ver esos momentos irrepetibles de los ensayos, cuando la masa va leudando, cuando el agua aún no rompe el hervor.