18/12/2019 00:27 Sofi B 4 El nombre de esta pieza de arte es totalmente acertado: Hay mucho entre medio de ese montón. Diferentes dramaturgias entretejidas nos sorprenden de una forma ingeniosa y astuta.
Los cuerpos se hacen cargo del espacio, completándolo y llenándolo de acciones extra cotidianas, proporcionando una presencia potente, y en su unidad conforman un relato desesperado; lejos de tener personajes tridimensionales realistas, pero al mismo tiempo construyendo un decir fuerte e impactante.
La puesta contiene una mirada posmoderna y exigente para el espectador; un espectador activo y atento a unir cabos, a unir diferentes lenguajes corporales y narrativos.
Cuatro actuantes/performens se encuentran en el escenario negro, pero al mismo tiempo poblado de elementos y objetos inertes, vacíos de contenido. No, no es escenografía ni decoración, son objetos que luego los cuerpos activarán con el correr de la obra.
Cuatro actuantes/performens vestidos de blanco y vestidos de naranja, que gracias a la exquisita y sencilla, pero precisa, puesta de luces, esos colores varían entre los cálidos o los fríos.
Limones ¿Por qué limones y no pelotas? El valor que se le da en la escena pareciera que es el mismo que una pelota de tenis, sin embargo no lo es: La sensación que crea el ver el limón por los aires, es totalmente diferente al de una pelota: si un limón llega a hacer contacto con un ojo, por su peso y por su porte, sabemos que ese ojo quedará morado instantáneamente. El limón crea una sensación de peligrosidad a las escenas que les performans los manipulan, de forma precisa y completamente estudiada.
A su vez es portador de jugo, semillas, tiene textura y un aroma que deja en la piel al ser manipulado. Podrían haberse quedado en lo cotidiano de la pelota, no obstante, redoblaron la apuesta y le dieron un valor mucho más importante a ese objeto. Impecable.
Se puede decir que les actuantes tienen una partitura de acción totalmente meticulosa y no librada al azar: cuerpos plásticos permeables a los estímulos externos, a los textos proyectados en la pared oscura del fondo (proporcionando una profundidad total al espacio y utilizando los planos propuestos por la sala); cuerpos atravesados por los breves textos que aparecen en la escena. Si bien somos conscientes que hay tres mujeres en escena y un hombre, los cuerpos pierden su género para igualarse entre sí: en tiempos de lucha, se agradece poder ver estas decisiones en la escena under.
Para finalizar, mi mayor admiración hacia esta puesta en escena: los objetos.
Hay dos montones de papeles triturados en extremos opuestos sobre el escenario, a su vez, sobres de carta blancos crean una suerte de sendas peatonales trazando diferentes rutas. Les actuantes son cuidadosos en los primeros 20 minutos de obra, no los tocan ni los desarman, no obstante, a ritmo de la música experimental, los cuerpos comienzan a destruir y a provocar el caos. Desparraman las pilas de aquellos papeles triturados, desprendiendo un polvillo blanco propio de su materialidad. El valor de papel/mugre transmuta a una objeto invasivo en los cuerpos: les performens comienzan a llenarse de papeles dentro de sus ropajes. Mil y un historias se desprenden de ese accionar, elegí quedarme con uno: esa mugre, esos papeles triturados, lo desechable, interviene en nuestros cuerpos y nos modifican; nos cargan de míseras y aún así, vivimos con ellos.
Para terminar de romper la cabeza del espectador, una de las actuantes con un sobre oficio blanco en la cabeza, corre en el mismo lugar de una forma desesperante. Jugando con el miedo de ahogarse en ese sobre, es intervenida por un montón de papeles triturados que otro actuante lanza contra ella: cuando pensaba que no podían darle más valor a esos objetos, me sorprenden de esta forma. Los papeles aportan a la corrida una especialidad impecable y aumentan aún más la desesperación que la acción provoca.
Segundos antes del apagón final, los cuerpos se vuelven a encontrar, se funden entre sí, se mezclan, repletos de papeles triturados y sobres, se escucha la respiración agitada de les performens: todo ese lío construye un todo. Creo que ese ES el montón que habla el título, ese montón de dramaturgias, cuerpos, objetos, arte, sudor y esfuerzo. No están entre medio, SON el montón.
Totalmente recomendable para seres con mente abierta, permeables a los estímulos escénicos y despojados de modismos estructurados del clásico teatro burgués.
17/11/2019 13:19 Yaisa B 3 Un espectáculo que atiende mucho las imágenes particulares, fluye en su devenir y se presta a dejarse atravezar sensorialmente. Hermoso trabajo con el sonido, el tacto y el olor, interpretes y composiciones coreograficas muy presentes. Termina con una imagén única!
06/11/2019 13:38 Martín Te hago un spoiler de la obra y de la vida: es con el otro, es con les otres. Hermosa y sincera creación para tirar del o los hilos que percibas y viajar disfrutando por donde te lleve!
04/11/2019 21:57 Patricia M 6 Una obra que te conecta con tu propia interioridad y al mismo tiempo evoca recuerdos y personas con las que, en mi caso, compartí buenos tiempos.
Nostalgias y definiciones.
Gracias!!!
04/11/2019 19:03 Martin Muy buena. Para recomendar.
30/10/2019 12:32 Esteban Excelente !!!
29/10/2019 12:03 Julia L 2 Muy bella obra! Con pocos recursos generan imágenes hermosas y movilizantes.
Les interpretes tienen un manejo de sus cuerpos preciso, armónico y admirable.
Vale la pena verla.