Dolor exquisito

Acerca de “Dolor Exquisito” y descripción de propuesta para la escena

I.
"En 1984 gané una beca para ir a Japón durante tres meses. Partí de París el 25 de octubre, sin saber que esa fecha marcaba el comienzo de 92 días de cuenta regresiva hacia el final de una historia de amor, nada fuera de lo común, pero en ese entonces lo viví como el día más infeliz de toda mi vida". Así narra Sophie Calle el móvil real que dio pie veinte años después a una muestra tan vital como conmovedora. Al regresar a Francia, cuando la gente le preguntaba cómo le había ido en el viaje, ella salteaba clamorosamente su viaje a Japón y sólo contaba el sufrimiento del abandono.

Así fue que decidió embarcarse en una suerte de investigación entre sus amigos, preguntándoles cuál había sido el momento en el que más habían sufrido. Calle indagó sistemáticamente hasta relativizar su dolor comparándolo con el de otras personas. El método fue radicalmente efectivo, ya que a los tres meses dejó de sufrir, al menos por ese abandono. El exorcismo había funcionado.

Dolor exquisito es un amplio relato en dos partes. La primera narra el viaje por Japón previo a la catástrofe e incluye fotografías suyas acompañadas por un diario de 92 días planteados como una cuenta regresiva hacia su desesperación. Cada fotografía cuenta con un número que indica el tiempo que falta hasta que lleguen los que ella llama "días de la infelicidad". La segunda parte vuelve sobre la experiencia de abandono de la artista contada desde diferentes ángulos y suma la recolección de otras experiencias de corazones rotos.

Calle presenta 21 dípticos con una versión de su sufrimiento y, por otro lado, narra una historia anónima de dolor en la que una fotografía ilustra un momento de la memoria que vuelve a contarse. En el caso de su historia repite la misma fotografía: un teléfono rojo en la habitación de un hotel, teléfono con el cual se enteró de que su historia de amor había llegado a su fin. En las partes anónimas se vuelve sobre el tema del encuentro y del desencuentro con relatos de 20 personas sin nombre que prestaron sus penas.

II.
Tomando como partida esta obra plástico-conceptual, se propone trabajar un espectáculo escénico con una teatralidad difusa, en el que tanto la narración del desencuentro amoroso como la documentación visual y sonora de ese viaje a Japón aparezcan como una especie de superposición entre el texto original y la biografía real de la actriz que interpretará el texto.

Japón es tomado como eje de la catástrofe. Es la fijación de esa catástrofe. Es el nombre propio de la misma. Por lo tanto, la imagen de Japón atraviesa toda la idea de esta especie de instalación teatral. La primera parte será una reconstrucción del itinerario de la artista en Tokio, que en esta estrategia de simulacro llevará a la actriz (alter ego de la Calle) a reproducir su itinerario y a documentar de forma visual y sonora su periplo, de modo de que esa simulación de documentación habilite el discurso de la segunda parte. En esta, la actriz recorrerá el relato de su viaje, causante de su pérdida amorosa, cuantas veces sean necesarias -cotejándolas con relatos dolorosos de terceras personas- como para hacer desaparecer el dolor.

Tomado como una continuidad del discurso desde lo femenino, que la dupla Emilio García Wehbi - Maricel Alvarez inició en 2005 con el montaje de Bambiland, de Elfriede Jelinek, la puesta en escena de Dolor Exquisito intentará indagar acerca de los límites entre lo real y lo ficcional, entre lo apócrifo y lo verdadero, entre lo doloroso y lo placentero desde una mirada quebrada por la pérdida amorosa.

Entendiendo que las estrategias estético-conceptuales de Sophie Calle son la dilución de las nociones de verdadero y falso, de lo real vivido y lo real imaginado y del enigma de “el otro”, el montaje de este texto a través del alma descarnada de la actriz que repite sin cesar su dolor (que no es suyo pero que sí lo es, a la vez), su presencia única en la escena, y su espíritu monologador que preferiría ser dialogador, darán cuenta entonces de aquellos procedimientos planteados por la artista francesa hasta diluirse en un “entre”, entidad nueva, mitad verdad y mitad mentira, constituida por las almas doloridas de Sophie Calle y de Maricel Alvarez, la actriz que interpretará a su alter ego.

Este espectáculo ha sido invitado a participar de los siguientes festivales internacionales: Festival Santiago a Mil (Chile), Enero de 2009 Festival In Transit Berlin (Alemania), Junio de 2009

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