Vuelve la rabia

En el 2004, Juan Pablo Gómez viaja a México como asistente de “La Estupidez” de Rafael Spegelburd. Allí, en su lugar de origen tiene la oportunidad de dimensionar el fenómeno del catch mexicano más allá del costado “colorido” que suele llegar a estas costas. En su tierra, los luchadores son verdaderos titanes, celosos cuidadores de su identidad; y sus presentaciones son algo que no se reserva a los niños. Al enmascararse, estos luchadores condenan su “otro” rostro a la clandestinidad. Se trata de seres doblemente anónimos: anonimato de la máscara y anonimato de luchadores cuyos nombres no pertenecen al show business. Trabajadores marginales del espectáculo a medio camino entre el actor y el atleta, entre el rock star y el fenómeno de circo.

Un patético domingo en una guardia hospitalaria suburbana dieron el marco perfecto para que estos luchadores protagonizaran su espera y su drama: alguien debía perder la máscara. Con ese universo en la mano, y la colaboración creativa de Walter Jakob, se creó esta contundente ficción reconocida por el prestigioso jurado del Concurso Metrovías de Guiones de Teatro y ganadora del Tercer Premio del Concurso de Ediciones Colihue.

Sobre la obra

Una tarde de domingo encuentra a un grupo de luchadores esperando atención en un abandonado hospital suburbano. El Gran Besides, líder de la troupe y paladín de la vieja guardia, deberá elegir entre perder la máscara o la vida. Su decisión traerá consecuencias catastróficas para su liderazgo, su salud y su identidad: para un luchador, si es verdadero, revelar su rostro es morir un poco.

Mientras tanto la rabia avanza…

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