Finales

Con la idea de trabajar en un territorio poético con una estructura ficcional no "representativa"; Beatriz Catani indaga en la idea de "finales" (el fin del amor, la enfermedad, los accidentes). cuatro personas en una sala de paso de un teatro en una larga noche de insomnio. No hay una historia pasada ni presente, ni construcción de personajes; sino una deriva de situaciones a partir de esa noche insomne, donde cada escena constituye una unidad en sí misma y la progresión la instala la agonía de una cucaracha.

Sinopsis:
Una cucaracha se desliza por el piso. Amelia la aplasta.
Este animal presentado como "bicho emblema de la resistencia pasiva", del que se dice que, "su único sentimiento es la atención puesta solamente en vivir." y que sigue estando en un continuo presente a pesar del tiempo, de la historia y las catástrofes; seguirá muriéndose a lo largo de toda la obra, y será, (a la manera de La Pasión según GH de Lispector), observada por los intérpretes.
A partir de ahí devienen situaciones diversas como la formulación de propósitos, organizaciones temporarias y precarias a partir de actividades; preguntas y distintos modos para transitar ese espacio de tiempo como lecturas, cantos, juegos, relatos y hasta representaciones en una larga noche en que se cruzan temáticas como la aproximación a la idea de aceptación, a la idea de "soportar" la vida y la aceptación cruel del dolor; a un tiempo que pudo haber sido y no fue, al sonambulismo político, a la confusión de las épocas, a los ahogos, a la irreconciliable contradicción pasado-futuro, a los tránsitos del envejecimiento y los tránsitos de épocas.
La ficción va sucediendo en el tiempo que dura una noche, y los cuerpos van produciendo teatralidad desde la inmanencia de su estar, de su presencia, desde una forma primaria de lo teatral.
Así, la palabra y el tiempo en el cuerpo del actor generan la teatralidad, la ficción y el devenir.

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