Mujercitas

Versión libre de Javier Demaría de la novela de de Louisa May Alcott.

La acción se desarrolla en torno a la familia March constituida en escena durante gran parte de la obra por las cuatro hermanas que de menor a mayor son: Beth, Amy, Jo y Meg, quienes sufren la provisoria ausencia de sus padres que por restablecimiento de uno y viaje de ambos, anuncian por carta que están al caer el mismo día en el que transcurre la jornada de navidad de 1863.
Amy sólo repara en lo que le hace falta –un par de crayones-, Meg oculta que quiere verse bonita para John Brooke cuando las tareas de la casa la sobrepasan, Jo más vehemente intenta conservar a la familia unida por sobre el anhelo de casarse de Meg y de cuidar a Beth mientras ésta sufre de una enfermedad incurable que las tiene a las cuatro a mal traer.
Durante esa jornada donde para Amy “una navidad sin regalos no es una auténtica navidad”, Meg terminará por admitir que ama a John sin reservas, Jo se peleará salvajemente con la egoísta Amy y Beth les ofrecerá hasta lo que ya no tiene, en la lucidez que le da su estado terminal. Así transitarán por las trivialidades de sus experiencias vividas e imaginadas, los bailes, las representaciones hogareñas y los relatos fantásticos, que se desvanecerán como un sueño a partir de la muerte de Beth.
Es desde ese preciso momento que Jo dirá “Creo que vienen tiempos en el que todas, dejaremos de ser únicamente, las mujercitas de los March”, como un rito de transición al pasaje que va de la adolescencia a un nuevo posicionamiento en la inmediata, cruda e inevitable adultez.

De la presente propuesta:

La presente obra de teatro es el resultado de una transustanciación. De la novela a la escena. Del clásico de Louisa M. Alcott “Mujercitas” y “Las mujercitas se casan” al presente texto en el que se ha tratado de focalizar en un momento preciso de sus vidas -la navidad de 1863 en casa de los March- y en economizar en personajes y situaciones tan caras a la novela decimonónica.
La obra de teatro se centra alrededor de la enfermedad de Beth, de las preocupaciones inmediatas de Amy, del deseo obturado de Meg y del intento de conservar la familia por parte de Jo ante la ausencia provisoria de sus padres y el advenimiento de una vida diferente de la que han llevado hasta ahora, toda vez que han empezado a dejar ya, la adolescencia.
Las trivialidades de sus experiencias vividas e imaginadas, los bailes, las representaciones hogareñas y los relatos fantásticos, se desvanecerán como un sueño, a partir de la muerte de Beth.
“Mujercitas” es la historia de una maduración, de un pasaje de una edad a otra con todo el color apagado y ocre de las cosas que fueron pero, que habiendo ocurrido, alcanzan el máximo de intensidad en la existencia misma, por sus dolores, impulsos, vacilaciones y felicidades.
Se ha tratado de respetar el tono de sencillez del relato homónimo, conjuntamente con pasajes de melodrama, y hasta cierto elemento de espectacularidad –impensable en la Alcott- que aquí nos hemos permitido, como por ejemplo, en el puñetazo que Jo le propina a Amy.
Esperamos que gocen de esta obra como nosotros gozamos al escribirla y al ensayarla.

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