Más fácil que llorar

Cuatro mujeres se encuentran todos los domingos. Juegan a la generala, para pasar el tiempo. Pero el tiempo transcurre lento, vacío de proyectos. Esta vez, para combatir el hastío de sus vidas, han secuestrado a un hombre. Ese hombre es el premio, una promesa de vitalidad. Ellas llenan el vacío con palabras, relatos o fantasías que no alcanzan. Hablar hasta agotarse. Hablar para bloquear el llanto, para no mirarse nunca a sí mismas.
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