El Pincel Dorado

Un sótano en silencio, oscuro y húmedo. Dos mujeres que ocultan un secreto y viven
una historia que no es la suya. Nada de lo que pasa es real. Un beso, un abrazo,
pueden significar el final o la muerte. El lazo que las une se conforma de un pasado
confuso y lleno de misterios. A pesar de vivir en la mentira, encontraron poder
subsistir, respirar día y noche y descubrir un sentido de transcurrir y permanecer
en el tiempo. “...el tiempo puede ser un instante o una eternidad, y no sé en cual
de los dos me encuentro...”.
Si la vida fuese como una línea, tiene principio y fin. El conflicto esencial es
encontrar el equilibrio que nos mantenga en ella hasta el final.
Maribel y Leonarda encontraron ese equilibrio ocultando quienes son, tal vez, porque
si fuesen tal como sienten no soportarían permanecer, y seguramente alguna de ellas
no llegaría hasta el final de la línea.
Maribel utiliza ese sótano como su taller para pintar.
Leonarda es la persona que la asiste, que la cuida y la contiene.
Solo ellas, cuando se ven, saben porque el silencio es la clave de sus existencias.
Hasta el día en que Maribel pierde el placer por pintar, el arma que siempre la sostuvo
al frente del vinculo con Leonarda. Ante esta situación, es Leonarda quien decide
dejar entrar en el sótano a Joaquín, el modelo que le dará a Maribel la posibilidad de
volver a pintar.
Pero con Joaquín, el equilibrio que había hasta ese momento entre ellas, se desmorona
como una montaña de plumas en medio de una tormenta de viento, y la verdad dolorosa
y cruel les deja al desnudo todas sus miserias. Tal realidad se torna insoportable y el
destino se precipita en un lógico y trágico final.

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