Yerma 2019

No hay cosa más hermosa en este mundo que proporcionar vida. La maternidad es algo maravilloso. Pero más allá del puro instinto, ¿existen condicionamientos sociales para desempeñar ese rol, el de madre, en nuestra sociedad actual? En la sociedad de nuestros abuelos, la mujer casada debía ser madre por imperativo social. Su única obligación era tener hijos y cuidarlos. Yerma acepta esas normas, pero sufre sus consecuencias. ¿Parte de nuestra sociedad está condicionada por aquél tiempo? ¿Imperativo social, instinto? ¿Hay un eco de aquellas normas rígidas que generaban autocensura y falta de libertad? Esas exigencias son las que llevaban a Yerma, en un acto de rebeldía, a convertirse en un personaje trágico, un personaje trágico capaz de acciones monstruosas, porque ese instinto jaleado por la misma sociedad, chocaba contra la imposibilidad de buscar soluciones, si no cumplía con aquellas exigencias, que su honra de mujer fiel le imposibilitaba. La única salida que encontraba Yerma para ser dueña de su destino era la muerte de su marido. El pasado condiciona los cambios necesarios del presente. Un coro de personajes actuales comenta los hechos del pasado y subrayan la acción de los protagonistas de la obra sin argumento aparente.
La música actúa como impulso expresivo de las sensaciones y emociones que nacen del texto. El espacio escénico es el marco para un texto riquísimo en metáforas poéticas que hablan del eterno misterio de la vida

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