En un lugar de la Niebla

Don Quijote, tras su última salida, yace tendido en el lecho de muerte, bajo la atención del médico y los cuidados de su sobrina y de su buen escudero Sancho. En un momento y como se despertará de las antiguas de la muerte, se da cuenta de quién es: No don Quijote, sino Alonso Quijano. Ha recobrado el juicio y se siente avergonzado por las burlas y ultrajes de que ha sido objeto su personaje de caballero andante. Tras hacer confesión y redactar testamento se encamina a Madrid para pedirle cuentas a don Miguel de Cervantes. Don Miguel, ayudado por su traductor árabe, está dando fin a la segunda parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha , cuando don Alonso Quijano, agotado, enfermo y febril se presenta en su casa. Como un curioso juego de espejos, en una auténtica rebelión del personaje frente al autor, cada uno intenta defender las razones de sus actos y don Alonso Quijano, aboga por tener la oportunidad de resarcirse de tanto escarnio.

1 Histórico de funciones