Doble es bueno

Una mujer ubicada dentro de su intimidad, una diva de los años cincuenta, protegida por su hogar y por su absurdo arte; vestida como una anacrónica estrella de cine, nos habla de “sus películas”: ¡Ah! La vida entera de una mujer, sus pasiones, sus batallas, sus guerras, todas ellas victoriosas, no importa el tendal de muertos; sus claroscuros –un día claro, otro día oscuro, dos días claros, tres oscuros, y así, y así; jamás, pero jamás ¿me entendés? jamás podrá ser resumida, encerrada en una síntesis……… ¡Miserable!

Esplendorosa, arbitraria y barroca, ridícula.

Una mujer sumergida en la intimidad de su doble y delirante existencia.
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