Nada que ver

Esta pieza tiene elementos esenciales del teatro: emoción, habilidad, coraje y humor. Griselda Gambaro trabaja (en clave de humor negro) el mito eterno de Frankenstein... el deseo de crear un Hombre Perfecto.
Los personajes no son glamorosos ni pacatos, son seres atrapados en la realidad, son hombres y mujeres de aspecto simple que viven en la periferia. Ellos desean un mundo mejor y sueñan con encontrar el secreto de la felicidad.
En esta obra la autora también es clarividente. Anticipa la dolorosa historia que más tarde sucedería. Los tiempos funestos, la década del ´70, años de desgarro de nuestro ardiente país. Terror y desconcierto.
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