Happyland

Derrocada por los militares, la presidenta Isabelita es recluida en un castillo gótico de la Patagonia. La acompañan su criada andaluza y sus perritos. El ama de llaves que las recibe es el poder ahora. Entre noches de espiritismo y confesiones con el Arzobispo que la visita para aliviar su alma, Isabelita añora, más que los años de la presidencia, los días felices en un cabaret de Panamá.

2 Histórico de funciones