Tu ternura Molotov

EL TERROR ES EL MENSAJE.
Hace un tiempo Francoise Thanas, la más importante traductora de nuestro teatro latinoamericano en Francia, me dijo que lo que más le había impactado de "Tu ternura Molotov" era que el terror era el mensaje. Tenía razón la testaruda y adorable Thanas, pero no sólo sobre el mensaje, sino también sobre el efecto que nos produce esta "envidiable" pareja y sus textos habituales, que contienen también una extraordinaria fuerza fascista. Son textos que hemos repetido todos y no notamos el alto grado de violencia que guardan.
Venimos del fascismo y hacia el fascismo vamos, parecen decirnos, un deseo fascista que está en todo, desde el café con leche hasta el amor. No sólo los prejuicios y el desprecio a los demás de esta pareja es combustible al terrorismo nuestro de cada día, sino que además, su percepción integrada del pasado, su fundamentalismo piola, su manera de endulzar la memoria y sus convenciones racistas se nos hacen tan familiares que también nos producen terror.
Hay en ellos un terror cotidiano, producto de nuestras convenciones, prejuicios y hasta de las ideas que más defendemos y queremos. Un terror generalizado, maduro, light, competitivo y de moda; promovido con tanta vehemencia que parece que con él y sólo con él, nos sentimos a salvo.
Eso. El mensaje es el terror, el significado de nuestra identidad y tal vez el terror que nos produce el aceptar que lo que nos define no son nuestros hechos sino tan solo las expectativas de los demás.
El mensaje es la pregunta. ¿Somos capaces de convivir en el no terror, de no necesitar del prejuicio, de reconciliarnos y aceptarnos a nosotros mismos?
Gustavo Ott

Espectáculo invitado al 2do Festival Iberoamericano de Teatro

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