No dispares, Boris

Boris Stepanovich recuerda una época de su vida en la que conoció a tres hermanas que le confiaron la venta de su casa. Recuerda cómo las sedujo, las sugestionó y hasta las hipnotizó con sus palabras, encantos y promesas. Boris recuerda también cómo les hizo creer en la Revolución y cómo se aprovechó de esa creencia. Eran los tiempos en que hacía lo que quería con las palabras. Simplemente, las tenía de su lado. Pero ahora, mientras recuerda, Boris se asoma al otro lado, donde ni sus propios recuerdos confían en él, ni las palabras consienten en refugiarlo.