El Barco

El barco discurre en medio del océano pequeño y vulnerable, como el deseo que irrumpe y despliega su sabor. Las relaciones de sus habitantes suceden en el fondo de sedimentación de una única manera posible, mientras el pensamiento remueve el recuerdo que sube a la superficie. El agua no se rompe, no se quiebra. Hay que tener cuidado "...no vaya a ocurrir que nuestro deseo comience a entibiarse y llegase a quedar totalmente frío, y, al no renovar con frecuencia el fervor, acabe por extinguirse del todo." (San Agustín)
Se conforma así un colectivo, la Compañía Viceversa, que inicia su primer proyecto como una aventura, un juego, una responsabilidad, un prójimo, una resistencia poética. El barco no se hunde.

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