Margarita y Crisantemo, en flor de milonga!

Margarita y Crisantemo apoliyan a pata tendida y pegan un salto cuando suena la milonga. A todo trapo se engalanan y salen raudos hacia el encuentro. Los zapatos sacan chispas para llegar a la plaza de la cita. Robarle un beso a Margarita no es moco de pavo para Crisantemo. En la pista de baile los tangos se entreveran y el beso de novela arremete en el chan-chan final de una noche arrabalera