Squash, Escenas de la vida de un actor

Squash es la primer obra del Proyecto Biodrama en la que la persona real cuya vida llega a la escena está interpretada por él mismo: el actor Rafael Ferro. Entre los rincones más sombríos de su experiencia íntima y los momentos más notorios de su actuación pública, como deportista primero y más tarde como actor, es una verdadera saga la que Edgardo Cozarinsky ha ficcionalizado a partir de las confidencias de su protagonista. Ahora la lleva a escena en un tiempo y un espacio imaginarios donde se sacan chispas el melodrama, el humor y el show musical, para componer un homenaje a la imaginación creativa, y también a la catarsis redentora, del hecho teatral.

Proyecto Biodrama: sobre la vida de las personas
Un director de teatro debe elegir a una persona argentina viva y, junto con un autor, transformar su historia de vida en material de trabajo dramático. Los directores pueden elegir distintos tipos de vidas, desde personas públicas hasta existencias completamente anónimas, desde sujetos particulares hasta representantes de mundos que les interese explorar. La condición de que el sujeto elegido esté vivo permite que el director pueda trabajar con él en persona, conocer su historia de primera mano. Se puede trabajar con el sujeto en escena, incorporar incluso sus relaciones, su mundo, su trabajo, etcétera, o bien combinar ese universo real con mundos de ficción más “teatrales” (actores, texto dramático).

El Proyecto Biodrama se inscribe en lo que se podría llamar el “retorno de lo real” en el campo de la representación. Después de casi dos décadas de simulaciones y simulacros, lo que vuelve –en parte como oposición, en parte como reverso– es la idea de que todavía hay experiencia, y de que el arte debe inventar alguna forma nueva de entrar en relación con ella. La tendencia, que es mundial, comprende desde fenómenos de la cultura de masas hasta las expresiones más avanzadas del arte contemporáneo, pasando por la resurrección de géneros hasta ahora “menores” como el documental, el testimonio o la autobiografía. El retorno de la experiencia –lo que en el Proyecto Biodrama se llama “vida”– es también el retorno de Lo Personal. Vuelve el Yo, sí, pero es un Yo inmediatamente cultural, social, incluso político.

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