¡No tiren! (Absurdo triste en un acto)

Una realidad construida de sueños, el simulacro se arroja una vez más sobre el telón de la realidad tiñendo a estos personajes de figuras fantasmagóricas de un futuro ¿sin pasado?
Bozzo e Iche se debaten en búsqueda de su identidad a través del tiempo; dos seres enredados en la trama que teje la historia en la cual su imagen los enfrenta con la mismidad.
El Doctor irrumpe en la escena a modo de respuesta enriqueciendo el formato dramático con artilugios de un discurso imposible. Él viene a profundizar la duda, desde donde los personajes rechazan imágenes que transcurren sin afectarlos en la totalidad de la propuesta.
El coro contesta y aclara lo inexplorable para realizar la experiencia del discurso de la opinión pública. Acompañando la opinión del erudito, el coro sostiene la presencia de la confusión, ayudando a sumir a Bozzo y a Iche en el más extraño de sus mundos posibles.
Con la humanidad en juego y la conmoción de la identidad en la insegura existencia, estos personajes se debaten entre el simulacro y el entretelón de la superposición de las realidades. Descubrir engaños ayuda a que la duda se convierta en una herramienta fundamental del pensamiento mientras el contexto no aporta a la construcción de nuestra identidad.
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