Hija, al costado de la puerta del afuera gris

Una situación peculiar en la que los muertos presentes y convocados mantienen conversaciones con los vivos. Una hermana y un padre, como parte de un enmarañado funcionamiento familiar, develan lo que anteriormente no pudieron. El material acontece sobre el caos ambiental: el sol hace días que no sale - señalan los personajes - A partir de aquí se conoce el pasado familiar. Cada uno viene a exponer lo de cada uno: Todo lo que anteriormente no se pronunció, ahora sí.

Afuera, el sol hace días que no sale. ¿Hasta cuándo respirarán?

Dice Julio Molina, el autor, sobre la obra:
"Lo que me resulta más interesante del trabajo de la puesta que plantea Luciana Rodríguez es que propone un distanciamiento de las acciones y la musicalidad del texto. Creo que esto lo hace para que la palabra funcione sobre cierta levedad en relación a la densidad que proporciona el material. Todo gira: la escenografía, un personaje se maneja en patines con ruedas. Obtura lo que empieza a ser dicho y elige una licuadora como síntesis hogareña.Todo lo elegido por Luciana Rodríguez funciona también en ese sentido: intentando, que no se oiga lo que se dice. El deseo persistente termina siendo inevitablemente dicho y escuchado; ese funcionamiento, esa elección permite un aire al material que lo multiplica y re significa; quitándole el hecho trágico que la historia tiene. Nada es tan trágico como parece. Lo que lo vuelve patético."

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