Llegó Godot

La sombra del río
en un árbol
fluye.

La otra sombra:
Sueña el árbol.

Cristina Armada

Estimado Beckett:

Devuelto, por una distracción, al tiempo, me permito enviarle algo que en estos días se ha dado en llamar "precuela", cierto hecho que ha antecedido a aquél que sistemáticamente es tomado como suceso protagónico y que, bajo su atención, no deja de absorber a nuestros días y a nuestras miradas. "Llegó Godot" sólo muestra, en este punto, que aquel acontecimiento que esperamos jamás sucederá, simplemente porque nos ha precedido. El hombre, bajo la pesadez de sus razones, no se ha flexionado desde siempre más que para retrasarse. Nos hemos empeñado con celeridad en alcanzar la vida cuando ella ya ha acontecido, encantada en su intemperie y cruzándonos sin alusión; hemos pretendido hospedarnos en la virtud cuando ésta, por el solo hecho de no habernos sincerado con nuestros crímenes, se sitúa a nuestras espaldas.
Godot ha llegado y ha partido, siempre anterior e inalcanzable, y los despojos en procesión que pugnan por llegar a él sólo cultivan el ademán de una secreta impotencia. Seguiremos aguardando desde ya tantos Godot como nuestras esperanzas lo permitan, adiestradas en cualquier caso para no encontrarse con la vastedad en el único, perfecto instante. Sé, por otro lado, y sin aguardar confirmación, que en el mismo momento en que la escribo usted escucha mis palabras sin ilusionarse o esperar alguna cosa a partir de ellas -usted, singular maestro, que nunca ha llegado tarde.

Roberto Cignoni

"Godot es mujer. En un paraje desolado no se distrae ni se compadece, no queda embargada por aquellos que no llegan. Su espera se convierte en sueño y creación. Piensa al mundo y a los hombres como a las palabras que los habitan. Liberada de la necesidad se vuelve fecunda. Danza, ríe, encanta. Hace del desencuentro una potencia y del olvido un horizonte."

Roberto Cignoni.

"Godot llega y sólo encuentra el abrazo de la vastedad. En su desolación, anima palabras y acciones que descompensan nuestras razones acomodadas y la cerrazón de nuestros hábitos. Es posible comprender de otro modo al hombre y al mundo, es posible hacer del desencuentro una potencia y del olvido un horizonte. Godot se convierte en el llamado de aquello que desde siempre evitamos pensar y llevar a cabo bajo cualquier riesgo."

Roberto Cignoni

"Godot llega y muestra que nunca ha dejado de interpelarnos,
se convierte en el llamado que nuestras lógicas y conveniencias temen.
Su luz es el sentido imposible del mundo, su visión la que no podrá sostenerse. Así se corresponde con la vida misma.
Godot llega para alumbrar nuestro olvido".

Roberto Cignoni

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