Tosca

La pieza teatral "Tosca", de Victorien Sardou, fue estrenada en París en 1887, y Puccini tuvo oportunidad de asistir a la presentación en Milán, con la célebre actriz Sarah Bernhardt en el papel protagónico. Puccini comenzó a componer la ópera en 1896, tras haber terminado La Bohème. Ricordi encomendó a Giacosa trabajar junto con Luigi Illica en el libreto. En octubre de 1899, luego de tres años de difícil colaboración y de varias disputas entre los libretistas, Puccini y Sardou, la ópera fue terminada, y se estrenó en el Teatro Costanzi de Roma, en medio de gran expectativa y con gran éxito. Actualmente, Tosca es una de las óperas más destacadas del repertorio operístico.

ACTO I

Chiesa: Sant'Andrea della Valle

Angelotti, huido de la prisión estatal en el Castillo de Sant'Angelo, llega a la iglesia donde su hermana, la marquesa Attavanti, ha dejado unas prendas para poder disfrazarse y esconderse de los esbirros del barón Scarpia.
Mario Cavaradossi, el pintor y amante de Tosca, canta a la belleza morena de su amada en contraposición de la "Maddalena" rubia de ojos azules que está pintando. El sacristán marcha de la iglesia y deja sólo al pintor ante el cuadro cuando un ruido en la capilla de los Atavanti le interrumpe Angelotti reconoce a Cavaradossi y éste, a duras penas, también lo hace.
La llegada de Floria Tosca, cantante famosa, no permite que se pueda resolver la dura situación con lo que Cavaradossi le pide que se oculte y le entrega, mientras tanto, una cesta para que se recupere. Tosca, después de entregar un ramo de flores a la Virgen, evoca la casita donde ambos comparten su amor. El momento de pasión se corta cuando Cavaradossi le pide que se retire para que él pueda seguir trabajando. Tosca ve el cuadro y reconoce a la mujer y piensa que él la traiciona.
Al final, el pintor logra que ella, rogándole que le "pinte los ojos negros", y se marcha. Una vez que Tosca sale del templo, Cavaradossi acude a la capilla y trata un plan con Angelotti para ocultarlo de Scarpia hasta que un cañonazo lejano les avisa de que se ha descubierto la fuga. Una breve escena en el que el sacristán comenta a los chicos que cantan en el coro, tanto la derrota de Bonaparte como la fiesta que se celebra en el Palacio Farnese en esa misma noche, llenan de júbilo la iglesia. La irrupción por sorpresa de Scarpia paraliza al sacristán y a los chicos del coro. El barón interroga al sacristán en busca de la capilla Attavanti, donde sospecha que se esconde el preso. Un cesto vacío y un abanico bastan a Scarpia para entender lo sucedido. Tosca vuelve en ese instante y se encuentra que Cavaradossi no está. Es el momento preciso para que el barón envuelva a Tosca en un halo de celos entorno al pintor y la marquesa Attavanti, aprovechando para ello el abanico encontrado en la capilla. Tosca sale agitada por la supuesta traición.

ACTO II

Palacio Farnese. Despacho del barón Scarpia.

El barón está a la espera del resultado de la investigación de sus esbirros a la caza de Angelotti. Spoletta entra en el despacho e informa que no ha encontrado al prófugo pero que ha arrestado a Cavaradossi; La aparición de Tosca en el despacho, lleva a Scarpia a iniciar la tortura a Cavaradossi en una sala aparte pero no muy alejada para que la cantante pueda escuchar los gritos de dolor de su amado. Ella se desmorona e intenta pedirle a Mario, que sigue sufriendo martirio, que le permita hablar pero él no quiere. Los gritos de Cavaradossi van "in crescendo" y ella susurra: en el pozo del jardín, y frena así el suplicio de su amado. Los torturadores llevan a Mario, desvanecido, hasta la habitación donde está Tosca. Scarpia ordena a sus secuaces ir a la finca en busca de Angelotti, allí donde ha dicho Tosca, ante el enojo de Mario. Un mensajero avisa de un triunfo de Napoleón, lo que hace que Cavaradossi estalle en júbilo a la cara del barón. Tosca le pide, entonces, que salve a su amado. Cuando ella le pregunta por el precio por el que salvar a Mario, Scarpia le revela sus aviesas intenciones de tenerla, por la fuerza. Ella, tras no querer ser abusada en un primer momento, agacha la cabeza ante el seguro fin de su amado y lamenta que su fe, todo cuanto hizo no sirviera nada. Spoletta entra en el despacho para anunciar que Angelotti se ha suicidado. Scarpia aprovecha para preguntar si está preparado todo para la ejecución del pintor, a lo que Spoletta asiente. A la pregunta del barón a Tosca sobre si acepta estar con él, ella acepta resignada por tal de salvar la vida de Mario. Scarpia accede a salvarlo pero le confirma que debe pasar previamente por una muerte fingida: la orden que da a Spoletta es que Cavaradossi será ejecutado de forma simulada "como hicimos con el conde Palmieri". Antes de poder abrazarla, ella pide un salvoconducto para huir. Mientras él lo escribe, ella ve el cuchillo salvador que, poco después, clava en el pecho del barón mientras grita indignada: Este es el beso de Tosca. Entre gritos desesperados, muere Scarpia. Tosca sale del Palacio.

ACTO III

Castillo Sant'Angelo

Luego de una intervención de un pastorcito, el acto empieza con cierta melodía que nos anticipará al aria de Mario Cavaradossi. El carcelero, tras ciertas reticencias, accede a que el preso escriba unas líneas para su amada Tosca, ésta llega en ese momento, mostrándole el salvoconducto y la libertad. Cavaradossi se muestra sorprendido por esa gracia tan rara, en un ser tan malvado como el barón. Tosca le narra los hechos dolorosos que ha pasado hasta llegar hasta allí. Le dice que primero tendrá que pasar por una ejecución con "armas descargadas" y, posteriormente, saldrán del Estado. El carcelero anuncia que ha llegado la hora de la ejecución mientras Tosca le indica lo que debe de hacer. Ha llegado el momento de la ejecución. Una vez que han disparado y se han marchado los soldados, ella le dice que se levante... hasta que descubre que Mario ha muerto. Llegan Spoletta y los suyos persiguiéndola por haber asesinado al barón. Ella se dirige hacia el borde del castillo y, ante el intento de detenerla, se tira al vacío.

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