Chicas Cosmo

Revolcandose en la superficie (o la cuarta posibilidad)

“Chicas Cosmo” invita al espectador a compartir su experiencia del “mundo cosmo” desde una mirada cruda, amoral y cínicamente intelectual.

Desde una mirada desfachatada e irreverente "Chicas Cosmo" invita al espectador a una vertiginosa experiencia intelectual y sensorial, que apuesta a desestructurar la percepción habitual del público ya no desde una disolución de la palabra sino a partir de una verdadera eclosión del pensamiento, las imágenes y las emociones.
La pieza se divide en dos partes. El Primer Acto relata una "previa" en la que se reúnen tres despampanantes amigas (Sofía, Carla y María Pía) que habitan con devoción un mundo “cosmo”. Esto es, un territorio configurado por el dinero, la belleza, los apellidos, los looks, la sofisticación, el reviente, el snobismo intelectual, la música electrónica y todo tipo de estupefacientes (estimulantes y/o depresores), que las protagonistas saben administrar perfectamente según la ocasión. Junto a sus amigos y cómplices (Santiago y Andrés) –verdaderos especialistas de la movida nocturna, “cinturones negros” de la noche porteña-, se las ingenian para sortear los obstáculos –el padre y la madre- y así encaminarse airosos hacia la profética búsqueda de la diversión y la disolución de cualquier límite imaginable.

Pero, una vez más, las cosas no son lo que parecen. El Segundo Acto se encarga de arrojar luz sobre las verdaderas motivaciones de los casi inimputables personajes. En este punto, la obra se desliza hacia una crítica mordaz que denuncia las luchas de micro poder en el seno mismo de la familia y la amistad. Las mentiras, intrigas y engaños adquieren dimensiones épicas y de gran velocidad en un mecanismo de relojería de efecto dominó donde se construye un verdadero rompecabezas lógico.

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