Los Yugoslavos

Julio Ordano (...) y Juan Carrasco (...) construyen con sensibilidad a dos seres en apariencia opuestos pero lanzados a dejarse llevar por el otro con el fin de develar hasta donde pueden sus fuerzas (...). En roles más pequeños pero no menos significativos, María Laura Calí y Sharon Luscher exponen con grandeza dos mundos femeninos que develan ingenuidad, misterio, dolor y cierta pasión escondida que solo podrá aparecer cuando el juego al que se exponen encuentre el posible orden que se merece. Una propuesta valiosa que se apoya en la actuación y con buenos resultados. // Carlos Pacheco - La Nación

"Los yugoslavos" con el misterio d e los grandes textos. Misterio para disfrutar e interpretar. No dejen de verlo.Excelentes trabajos interpretativos de Julio Ordano, Juan Carrasco, Maria Laura Calf y Sharon Luscher en "Los yugoslavos". // Osvaldo Quiroga

Parece que no pasa mucho en los "Los yugoslavos", pero pasa bastante (…) Los personajes… son seres simples y frontales, y la gracia está allí, en la identificación que el espectador puede sentir con esas criaturas, entre cuyas pequeñas existencias van apareciendo algunas intrigas que Dacal dosifica con su habitual pericia.// Hector Puyó – Telam

" (...) Como en El chico de la última fila o Cartas de amor a Stalin, ya versionadas por Enrique Dacal, su dramaturgia de escena ahora amalgama el texto con un correlato de poderosa acción refleja. Valoriza la remisión kafkiana al rechazo de la homogeneidad social capaz de anular la individualidad. Conduce Los yugoslavos a su paulatino salto a la locura y lo surreal, con bellas imágenes estimuladas por las luces de Marco Pastorino, una ambientación de sugerente abstracción. Julio Ordano y Juan Carrasco traducen los opuestos. Esos dolidos marginales, desesperados; inconscientes vecinos al contiguo, ignorado bestiario humano de Arlt. María Laura Calí y Sharon Luscher completan con sugestión el extraño cuarteto.(...)" // Luis Mazas - Revista Veintitrés


" (...)Julio Ordano, Juan Carrasco, María Laura Calí, Sharon Luscher realizan un muy buen trabajo no solo por la caracterización de sus personajes, sino por todo lo que sugieren a través de sus miradas y de las pausas en sus diálogos. En este sentido, hay que destacar el trabajo de dirección que multiplica el escenario a través del movimiento de los personajes, y crea una atmósfera realista en la que, sin embargo, lo onírico también tiene un espacio.(...)"//Adriana Santa Cruz - Leedor.com

"DACAL-MAYORGA-ORDANO:UNA COMBINACIÓN DE EXCELENCIA - Para quienes tuvimos la oportunidad de ver Cartas de amor a Stalin y El chico de la última fila, el estreno de Los yugoslavos no hace sino confirmarlo. (...) Dacal cuenta con un actor como Julio Ordano capaz de recorrer con precisión y sensibilidad la gama de tonos que corresponde a cada frase y transformarse solo con una mirada o una postura corporal, del hombre agobiado del comienzo al hombre seductor del final, pero dotando siempre de sentido al discurso. Juan Carrasco desarrolla alguna de las facetas que lo definen como cínico y especulador sin caer en el estereotipo. (...) Dacal opta con maestría diseñar el mundo femenino - encarnado por María Laura Calí y Sharon Luscher - con recursos mínimos pero altamente significativos (...)" Perla Zayas de Lima - Goen blog

“(…) un hombre tiene que cuidar de su mujer. Si un hombre no puede cuidar de su mujer, ese hombre ha fracasado. (…)”

Los yugoslavos habla de un camarero que le hace una petición insólita a un parroquiano: le ha visto animar a un hombre y le pide que lo haga con su mujer, que se está hundiendo. El camarero piensa que ese hombre, con sus palabras, puede sacar a su mujer del pozo. Está arriesgando mucho con su propuesta: está poniendo a la mujer amada en el camino de otro hombre, que quizá sea un canalla...

El texto dramático de Los yugoslavos es utilizado para construir una metáfora escénica que hable de la soledad de las personas en las grandes ciudades. Ese misterioso lugar de Los yugoslavos tiene una analogía, una correspondencia con el lugar que el teatro puede tener en nuestras vidas, en nuestras ciudades, como otro lugar, como lugar de pasión y de peligro; lugar donde si entramos podríamos salir transformados...

"(...) Cada uno es un misterio. Todos tienen un misterio, casi siempre un poco triste. La gente es interesante, sólo hay que estar atentos. Y preguntarse continuamente: ¿Qué es lo importante de todo esto? Lo importante casi siempre ocurre cuando no pasa nada. (...)"

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