La planta de Bartolo

Una adaptación a teatro de títeres de un cuento de Laura Devetach

Títeres, actores, música, bailes, imágenes audiovisuales y clowns recrean la historia de un extraño suceso. En un barrio de Buenos Aires ha crecido una planta de hacer cuadernos, su artífice, un tal Bartolo, que junto a su amiga, Laura y todo el barrio defenderán la planta Cuando el fabricante de cuadernos intente apoderarse de ella.

Un espectáculo para grandes y chicos presentado por el grupo de teatro Tentempié.

El espectáculo ha obtenido el reconocimiento y la admiración de todo público. Cientos de personas, grandes y chicos se emocionaron y sorprendieron con esta fantástica historia. Esta es una nueva oportunidad para disfrutar de uno de nuestros grandes autores nacionales.

Síntesis argumental: La planta de Bartolo

La historia plantea desde la sencillez la situación de un lugar donde a los niños se les van terminando sus cuadernos u sus padres no pueden comprarles nuevos por no tener dinero.
Un tal Bartolo conmovido ante esto reflexiona y decide intentar una mágica solución. Busca un cuaderno suyo y lo planta en un macetón. Lo riega día a día, lo pone al calor del sol, espera con ansias, hasta que por fin se produce el milagro. Nace una planta que da cuadernos.
Bartolo y su amiga Laurita emprenden el reparto de cuadernos a todos aquellos niños que los necesitan y cada vez que se les acababa uno, ellos le dan otro.
Pero lo que para muchos es motivo de alegría, para otros no tanto. Al fabricante de cuadernos esto le resulta una amenaza para su negocio, y a partir de ahí intentará junto a sus secuaces convencer a Bartolo de que le entregue la mágica planta de hacer cuadernos. Para esto se servirá de sus gran poder para ofrecerle regalos fabulosos: Juguetes, golosinas y hasta un circo completo.
Bartolo resistirá la tentación hasta el final argumentando que no, porque los cuadernos son para los chicos. Esto endurecerá al fabricante de cuadernos quien se retiraría con la amenaza de regresar y llevarse la Planta y a esto se suman muchos otros dispuestos a colaborar. El resultado: concluirá con una murga que no solo aparcará la figura del fabricante de cuadernos sino que cortará sis tiradores haciendo caer sus pantalones frente a la multitud que dará el grito triunfal de: " Buen negocio a otra parte".

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