Ya no nos quedan penas

Cristina, Beatriz y Delia se encuentran transitando una convivencia pasajera en la casa paterna. La infancia marcada por la represión, la perdida de la madre y la ausencia del padre, las une y las separa recorriendo momentos de amor y odio fraterno. Tres mujeres incapaces de vivir su vida como quieren. Buscar fuera de ellas un impulso para seguir las hace estar pendientes de la llegada Andrés, el hermano menor adorado, quien encarna el mandato paterno de tradición militar. Es el veintitrés de Enero de 1989, día del copamiento a La Tablada, este hecho hará que estas tres hermanas vivan el último día de búsqueda de sentido externo o el primero de sus propias vidas.

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