El hambre de los artistas

Colectivo Escalada presenta

Una antigua troupe de artistas detenida en algún lugar del pasado. Por las entrañas, un viaje en el tiempo. Del otro lado, un grupo de arrogantes trama el desconcierto: la cosa, una trampa. Los Nuevos y Los Antiguos. Teatro. Fantasmas.

El hambre de los artistas, una tragicomedia polifónica.

A fines de 2012 atesoré un título: El hambre de los artistas. Luego, encontré la idea del viaje en el tiempo. Y así, a perdernos en el tiempo del ensayo. No tengo mucho para decir sobre lo que expresa la obra. Ahí está: lo dice y se va. El teatro huye. Existe mientras ocurre y se va. ¿Perdura en los libros, en los dichos, en las escuelas, en los fantasmas? ¿Y en las obras donde los fantasmas actúan? Para mí y para el Colectivo Escalada, es un intento más de encontrarse con los problemas teatrales. No hay nada mejor que un problema teatral, sin solución. Y mientras seguimos sin encontrar a esa solución, intentamos juntos hacer vacilar la apariencia, siempre enmascarados y con nuestras ropas prestadas. Lo que la escena pide, lo que podemos dar, el resultante. No hay avance ni profundización de nada. Mientras tanto, ensayamos. Seguimos juntos todos estos años, con el hambre que tenemos, con la oculta intención de no encontrar nunca una comida que nos guste. Que hable la escena, que para eso vinimos.

Alberto Ajaka