Los mejores, la hora de la verdad

Una luz azulada penetra por la ventana del ph antiguo, dándonos el reflejo de un cartel callejero, en la noche de Buenos Aires. En el espacio hay pocos muebles y la silueta de una mujer delineada en el piso.

Se escuchan voces y pasos subiendo las escaleras, tras la puerta de entrada. Luego de un forcejeo y golpes, la puerta se abre y entran Marcos y Vicente: “Los Mejores”.

Marcos y Vicente son dos tipos raros y opuestos, policías de la división homicidios que fueron llamados para desenmarañar un hecho ocurrido en el lugar, aparentemente un suicidio.

Marcos, es un tipo duro y oscuro, que está a solo una semana de su retiro. Vicente es un tipo más simple, quien supo aprender solo lo bueno de Marcos, en los 15 años que trabajaron juntos.

Ambos comienzan a hacer conjeturas sobre lo ocurrido, pero las diferencias entre ellos los van llevando a lugares miserables, llenos de reproches y peleas.

Cuando ya no tienen nada que hacer en el lugar, Vicente decide irse, pero la puerta está trabada. Marcos hace un llamado a la brigada y le dicen que no toquen ni rompan nada, hasta que les vengan a abrir. Y allí quedan encerrados… Encerrados y solos, en medio de su locura…

Y así comienzan los problemas… El tiempo pasa, el ambiente se espesa. Y ellos dudan. Desconfían. Ya importa poco si fue asesinato o suicidio, ahora el tema es entre ellos, solo ellos…

Y nadie viene a asistirlos… ¿Qué es todo esto? ¿Es realmente un caso, o se trata de un enredo psicológico? Pero cuando todo parece estar claro, o no, una mujer entra al lugar y da un brusco giro a la historia.

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