Sólo me despierta ponerme a cantar

Sarono es un ser que esta en busca de su lugar, en ella y en el mundo. Advertida del vacío que la habita, comienza a aferrarse a modelos que le aseguren un ser: la geisha, la pachamama, Carmen Miranda, Mercedes Simone, que, como modelos femeninos, acuden a camponerla. Intenta buscarse afuera, en otros.

La obra circula en torno de la construcción del cuerpo y, tomando la enseñanza del "Sutra del loto" -cuya hermosa flor surge de una planta que hunde sus raíces en lo mas fangoso de la laguna- es a partir del extravío de sí, que Sarono puede encontrarse. Desde lo que mas la problematiza a lo que la hace presente; desde su profunda oscuridad hacia su voz que la ilumina.

De la grieta abismal de su alma surge su ser hermoso y es la música la que la "organiza", o sea, la que le propone el cuerpo con el cual transitar la vida.

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