No conozco a nadie más extraño que Rubén

¿Cuándo es que se instaló entre nosotros este afán, esta necesidad de ubicar todo
en algún casillero de nuestro siempre limitado horizonte de sentido?
"No entendí, qué es, no sé cómo interpretarlo, no comprendo del todo..."
Ni sueño, ni locura, ni desvarío, con nosotros puede siempre estar lo extraño, lo irremisiblemente extraño,
lo inclasificable, lo que no logramos hacer ingresar en organización reconocible alguna.
¿Será momento ya de asumir que está con nosotros, que somos nosotros?
Que lo extraño - ni divino, ni infernal - es parte de nuestro acontecer.
Que está tan con nosotros como el mejor guardado y más barrial de los secretos.