Frenesí de las Horas

"Nadie puede desear aquello que, en última instancia, lo perjudica...."
Franz Kafka


En una metrópolis seis oficinistas de alto rango cifran sus pasos en cada entrega semanal de trabajo acumulado.

La jornada en la empresa es demoledoramente larga y vacía.

La victoria será del que trabaje y no muera. A cualquier precio.

La máquina no es algo ajeno. La máquina está en sus cuerpos.

El frenesí del tiempo que corre desparejo tensa los nervios, automatiza las tendencias, diseña estructuras de movimiento precisas, funcionales, extremadamente eficaces.

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