A puerta cerrada, ojos bien abiertos

Entre cuatro paredes tres personas no tienen mas opción que intentar desnudar al otro; aparentar, distraer, nada alcanza. La luz es permanente y los párpados ya no pueden cerrarse, su vida en la tierra se desvanece con el recuerdo de los que quedaron y la única manera de seguir existiendo es a través sus compañeros de cuarto.
Sin importar qué hagan están condenados a que su mirada sea juez y verdugo. Cuando la puerta se cierra los ojos quedan bien abiertos y el infierno aparece.

El existencialismo nos remarca el sentido de libertad como un compromiso, la libertad de hacer de nuestra existencia esencia, es decir construirnos a nosotros mismos a la vez que construimos a lo que nos rodea incluyendo a las otras personas.
Los personajes de esta obra ejemplifican cualquier círculo al que podemos pertenecer, entre amigos, familiares, compañeros de trabajo, desconocidos ,por ejemplo dentro de un colectivo. Sea como fuere siempre hay alguien que nos ve, nos juzga, la mirada que en este siglo tiene la capacidad de acaparar nuestra atención, debilitando el resto de nuestros sentidos, es también la que nos condena y nos hace condenar a otros.

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