Pedro y el capitán

Yo definiría la pieza como una indagación dramática en la psicología de un torturador. Algo así como la respuesta a por qué, mediante qué proceso, un ser normal puede convertirse en un torturador.

La obra no es el enfrentamiento de un monstruo y un santo, sino de dos hombres, dos seres de carne y hueso, ambos con zonas de vulnerabilidad y de resistencia.

Hay dos procesos que se cruzan: el del militar que se ha transformado de "buen muchacho" en verdugo; el del preso que ha pasado de simple hombre común a mártir consciente.

Pero quizá la verdadera tensión dramática no se dé en el diálogo sino en el interior de uno de los personajes: el Capitán.

Mario Benedetti, 1979.

Apoya Montevideo Ciudad Teatral 2010 y Fundación Benedetti.
Espectáculo declarado de interés municipal por la IMM.

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