Abulia

Cuatro pacientes quedan perpetuamente atrapados a la espera de ser atendidos por una médica en la sala de espera de un hospital público. Sus miserias y sus instintos más básicos chocan con la soledad que cada uno trae a cuestas. Su constante estado de alerta los lleva a apresurar conclusiones sobre los otros, muchas veces erradas, muchas veces no. Han perdido la noción del tiempo. Han perdido la intimidad. Y en esa convivencia marginal, se ven obligados a sobrevivir y convivir con completos extraños, poniéndose a prueba aquella vieja “ley de la jungla”.

Una médica, que parece decidida a dilatar eternamente el momento de atenderlos, se dedica a observarlos como a ratones en un laberinto.

Dilatan, todos, el momento de rebelarse. No pueden, no quieren, no se animan… no hacen. ¿Estan envueltos en una ensoñación? ¿Se trata de un inconsciente colectivo? ¿O, es tan cruel la realidad que a veces pareciera una fantasía morbosa y oscura?

Palabras del autor y director

Abulia es el camino que encontré para hablar de un conflicto que, siento, nos atraviesa a todos en mayor o menor medida: La incapacidad de accionar ante aquello que deseamos. Si bien la pieza transcurre en un hospital público y hace eje en una espera particular, todos sus personajes de alguna u otra manera están aguardando que algo cambie en sus vidas. Que algo suceda, más allá de la espera inmediata y hasta casi anecdótica que los atraviesa, pero no intentan nunca accionar para que eso pase. Intento que la obra dispare más preguntas que respuestas. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a esperar? ¿Qué tiene que suceder para que uno decida tomar las riendas de su propia vida?

4 Histórico de funciones
5 Notas en los medios