Decir que hay cosas de escasísima calidad en el teatro es una verdad de Perogrullo.  No parece ser el mejor modo de empezar, pero me parece que para firmar algún mapa de infantiles (uno entre otros posibles) hay que aclarar algunas cuestiones antes. 

Si bien  hay obras? ¿qué adjetivo atribuirles? en el teatro para adultos y en el teatro para niños, existe una diferencia importante entre ambos que pasaré a desarrollar: muchas veces grupos de improvisados (este término sirve para simplificar. Puede ponerse otro en su lugar, a gusto del lector) hacen teatro para “sacarse las ganas”, para expresarse, para lo que sea, pero difícilmente porque los guíe el sueño de juntar unos pesos. Bueno: en las vacaciones de invierno el número de propuestas guiadas por el interés económico crece en términos geométricos. Sus destinatarios favoritos son, obviamente, los niños y los padres que desconocen el campo. ¿Por qué esta desesperación por llevar a sus niños al teatro, hacer filas interminables, gastar fortunas en entradas, y, como consecuencia de todo este agotamiento, no volver a llevarlos más, hasta las siguientes vacaciones de invierno?

¿Exagero? Menos de lo que me gustaría. ¿No sería ideal que se pudiera llevar a los niños al teatro en otro momento? Si los padres desean hacerlo, son muy pocos los espacios que ofrecen teatro durante todo el año. En verano se escucha “¿cómo lo vas a llevar al teatro con el día precioso que hace?” ¿Los adultos dejan de ir al teatro en verano porque es verano? Es necesario cambiar las costumbres y empezar a hacerle compañía a La Galera Encantada, que piensa que todo momento del año es adecuado para ir... Nobleza obliga, Liberarte también acompaña esta idea, y aunque son un poco más heterogéneas las propuestas, la posición está tomada.  Lo que omito, entiéndase como tal, una omisión deliberada.

Otra cosa es común con el teatro para niños: la multiplicación de las temporadas (igual que pasa en el teatro comunitario). Obras que se recuperan año tras año, o que tras unas temporadas de descanso vuelven al ruedo. Y es lógico: los chicos crecen y vienen otros chicos. El panorama, por esta razón, va a incluir obras que se vieron en otros años.

Empecemos por los más chiquitos. Chiches. Teatro en cochecito, en la UPB, es una preciosa propuesta en la que se incluyen pequeños relatos y se plantea una construcción de personajes de ficción, donde los actores juegan a ser niños y a construir empatía con sus pequeños espectadores.  En otra línea, Canciones a Upa y arriba el telón, tiene una impronta musical fuerte y está más cerca de la animación, pero los chicos se enganchan con la referencia a sus objetos cotidianos y la música es pegadiza (entre chupetes, mamaderas y pelelas).

Los más grandecitos (los que ya van al jardín) pueden engancharse con Cantando con Adriana, que conquista el corazón de los pequeños y lo hace en buena ley, con mensajes y valores positivos (sí, para usted, lector, que no comprende esta aclaración, debo advertir que hay espectáculos que además de tratar a los niños como infradotados, aportan una alta cuota de enseñanza en pos de la discriminación).

También se puede disfrutar de propuestas titiriteras, como es el caso de Popigami, una sencilla historia para los más pequeños y para los grandes amantes de la belleza, y de Un tigre en el gallinero, de preciosa historia y bellos títeres.

En esta franja etaria empiezan a saborearse Tengo un dinosaurio el ropero (UPB), una simpática historia con una actriz y un músico absolutamente disfrutables y  El mundo es mío, un espectáculo con simpáticos actores, música y textos de Luis Pescetti. Y se puede empezar a disfrutar (pero el disfrute sigue por varios años más) de un espectáculo de danza, de una belleza increíble, que pone lo lúdico en primer plano y que propone una música impresionante, Buthones, de escaleras y amores (UPB).

También es tiempo de Lalá y el toque toque, con unos músicos impactantes y una guía de recorrido-cantante que se trae más de una bella sorpresa. Si les gusta el buen bailar flamenco, están Las brujitas flamencas que se lucen en estas lides. Una joyita de la música clásica, con unos músicos que no se puede creer, didácticos y súper divertidos, es La vuelta al mundo en un violín.

Circo Fokus Bokus es un precioso espectáculo para disfrutar en familia, de alta calidad interpretativa. Sencillas pero simpáticas historias son Un cuento chino y La duquesa del caprichio. Y una joyita titiritera: Mozart instantáneo por La cuerda floja teatro. A la gorra (para buscar en los centros culturales de la ciudad de Buenos Aires).

Por el barrio de la Boca hay dos propuestas imperdibles. Una es El ratón del invierno, una obra del grupo de titiriteros de Catalinas, con todos los ingredientes para disfrutar: bellos muñecos, preciosa historia, un espacio de ensueño y una música preciosa. En La Ribera, tal vez para niños un poquito más grandes, WC Las olorosas aventuras de William Calderón, en una propuesta ecológica muy especial que se las trae. Con un cuidadísimo texto y en conjunto con Babel Orkesta, a toda música y a pura actuación.

Si lo que se busca es algo del orden de la narración, pero con unas bellísimas ilustraciones y otros varios ingredientes, Cuentos animados, es otra excelente propuesta, con sólo dos funciones (el 19 y el 26 de julio a las 15: 30) y con entrada gratuita (se retira una hora antes de la función).

Un comediante que se las trae, verdaderamente de antología, nos pregunta ¿Qué pasa en la plaza? Y nos responde plagado de recursos y de imaginación. Si se quiere una de aventuras, con actuaciones que respetan a los niños y mucha pero mucha energía, tenemos Los cazurros. Invasión.

Anda girando por distintos lugares F de Firulain,  que se propone una temática nada transitada para niños (los derechos laborales), con una factura inteligente y divertida. Muchas veces se presenta a la gorra. Como son de San Miguel, se puede consultar en herreriateatro.blogspot.com.ar. También andaba por ahí dando vueltas, pero por Ballester ¿Quién me quita lo talado?, un trabajo precioso para ver.

Don Quijote de las Pampas propone una simpática recorrida por un Quijote vernáculo acompañado de canciones. O un circo artesanal, tal vez, con menos circo pero un bello espectáculo es A la obra, de La Pipetuá.

Volvieron para estas vacaciones Los fabulosos Grimm, un espectáculo muy lindo, que  se presenta en el Centro Cultural San Martín a las 11.30, con entradas populares. Más títeres bellos, con dramaturgia cuidada y excelente dirección, en El Ruiseñor.  Otros títeres para los que creen en la diversidad (y no se imaginan lo natural que lo toman los chicos si su entorno lo permite) Príncipes?otra historia de amor.

Una de las joyas de la temporada, sobre uno de los colores de Sucedió en colores, de Liliana Bodoc, que demuestra cómo se puede transponer la narrativa al teatro si hay talento en todos los rubros: Se trata de Rojo.

Por el Konex estarán Mariana Cincunegui,  Magdalena Fleitas y Caracachumba, pero en presentaciones aisladas. Hay que salir a buscarlas. Luego hay una serie de propuestas que ya no tienen edad, porque son altamente disfrutables por distintas razones: El señor de las burbujas, (un milagro de burbujas, cien por cien increíbles) Choque urbano, Baila, (un espectáculo de una energía y un ritmo impagable), Mamushka ( circo fuera de carpa, altamente bello), Anhelos (unos clowns divinos), Soy solito (títeres para todos aquellos que disfrutan de la belleza).

Como se ha visto, en algunos casos tuve que sumar aclaraciones para que pudieran encontrar las obras a las que me refiero. Otros casos tienen grandes avisos en todos lados y no dejan de ser buenos trabajos por eso, pero alcanza con nombrarlos para hallarlos fácilmente en las carteleras. Una aclaración importante es que sumé en la lista, con intención, obras que son gratis o a la gorra o muy económicas en algunos días. La clave muchas veces está en cómo se distribuye el saber sobre algo.

Esta guía arbitraria y provisoria no se puede terminar sin sumar lugares  o personas en los que tengo tanta confianza a los que sé que se puede ir a lo que den (tienen variedad de propuestas) porque seguro allí se encuentra algo lindo para ver. Ése es el caso de La Galera Encantada, los trabajos del grupo Libertablas  y las propuestas titiriteras de Omar Álvarez en el Centro Cultural Espacios en Villa Ballester. 

Dejo acá la lista porque tengo que entregarla para que pueda salir para estas vacaciones de invierno. Hay muchísimas propuestas que todavía no vi y que están esperando a la vuelta de la esquina. Tal vez siga sumando en los comentarios, al pie de este mismo texto, porque estoy segura de que me va a dar mucha pena dejar cosas lindas afuera.

 

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