Martes, 06 de Enero de 2015
Miércoles, 15 de Abril de 2009

Serenata Destiempo

Por Ale Cosin | Espectáculo Serenata Destiempo

¿Por qué los estereotipos, los clisés o lugares comunes resultan tan desubicados en un escenario teatral -nos referimos a una sala con caja negra (paredes o telones y piso negros), butacas, horarios delimitados para cada obra, etc.-, distinto de lo que sucede, quizá, en un café concert, un circo, o incluso en la TV?

En la vereda opuesta a la lucha por la aceptación del otro, emprendida principalmente por las mujeres -el feminismo, en principio, luego, toda la lucha de género que derivó en teorías de gran importancia para el pensamiento social e incluso científico de mitad del siglo XX hasta hoy-, están los estereotipos sobre la mujer, sobre lo femenino, sobre la sexualidad femenina. Y en esa vereda podríamos ubicar la concepción de la obra de Laura Garófalo y María de la Vega. Serenata Destiempo es, en sí, una serie de sketches de dos mujeres adultas que están sin hombre, posiblemente en una época entre los '40 y '50 del siglo pasado. Pero, conceptualmente, es una serie de estereotipos que no logra encontrar un sentido.

La falta de reflexión no es un problema en sí mismo, ni siquiera lo es la procesión de signos justificados sólo desde la anécdota antes descripta, de modo que más se asimila a un número de varieté. El problema es mostrarlo en un teatro -estoy hablando de una sala del off Corrientes, es decir, fuera del circuito comercial-, donde suponemos que nos ofrecerán una obra con cierto trabajo intelectual. Con esto nos referimos a la búsqueda de producción de sentido que responda a preguntas nuevas, particulares como particular es cada uno, y que haga nuevas preguntas desde ese mismo origen -desde el cuerpo si es una obra con lenguaje de danza, desde el texto o al acción si es teatro, o desde ambos lenguajes; y más allá de la música que se utilice para cooperar o tensionar-. Preguntas estéticas, formales, preguntas políticas o sociales, preguntas sobre la vida, sobre la cotidianidad, el pasado, el futuro... Preguntas que tengan que ver con la cultura, que la movilicen, le den nuevos rumbos, la cuestionen. Ni siquiera hace falta ser solemnes, con humor también se aborda la creación de obras escénicas artísticas.

Insisto: los sketches son recursos extraordinarios en puestas humorísticas del estilo de la TV, o de shows en los que se busca el entretenimiento, la diversión. Y hay diferentes modos de encararlos, con más o menos profundidad temática y formal. Los estereotipos, en ese orden, son imprescindibles para lograr rápidamente el consenso con el público. Sin embargo, la falta de delineamiento de personajes, la pantomima o gestos exteriores exagerados, los efectos payasescos con objetos cotidianos (baldes, mangueras, espantamoscas, etc.), la literalidad del movimiento con los temas musicales, y otros elementos similares, resultan impropios en una obra de casi una hora de duración y un sólo desarrollo.

Tal vez una línea que dejan ver las autoras e intérpretes, de cita a las películas del cine mudo, al estilo de éstas, con cierta ausencia de realismo en las acciones, con algunos objetos como cabezas de muñecos que deben estrujar, tirar y aplastar sentándose encima, con un vestuario -más bien, con la falta de éste- que las deja ver muy decadentes, expuestas, deserotizadas; hubiera fructificado, pues estos elementos puestos en riesgo con sentido, hubieran resultado interesantes.

Publicado en: Críticas

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