Ramiro Flores y El Jardi?n de Ordo?n?ez

Ramiro Flores y El Jardín de Ordóñez

0:57 Ordóñez Sale
6:13 El Estanque y sus Peces
9:16 La Pulsera y el Reloj
12:14 Ordóñez y Ernestina (o El Banquito de Ordóñez)
18:00 La Duda de Ordóñez

Ezequiel Cantero - guitarra eléctrica
Hernán Segret - bajo eléctrico
Tomás Sainz - batería
Pablo González - batería
Ramiro Flores - saxo alto y piano

Dirección y montaje: Hernán Segret

Dirección de fotografía y realización: Juan Pablo Tristán

Ordóñez.............................Raúl Monti
Ordóñez joven.................Martín Monti
Ernestina...........................Malena Ramos Madero

Cámaras: Juan Pablo Tristán, Dana Balajovsky, Diego Fernández Mayora y Juan Manuel Tristán

Toda la música compuesta y arreglada por Ramiro Flores

Producido por Hernán Segret

Grabado en Estudio el Santito por Juan Armani

Mezclado y masterizado en Polilla Records por Juan Armani

Locación de las fotos del disco y las imágenes del estanque: Solar del Aguador

Poema de Ordóñez: Zui Long y Ramiro Flores

Gracias al Club del Disco y La Croqueta Records, Patricio Carpossi y familia.

Pablo González y Tomás Sainz tocan con baterías Solidrums, platillos Istanbul Mehmet Argentina, inears Esunico y banquetas Elpeñón Hardware.

Tomás Sainz toca con accesorios Hecos.

Pablo González con accesorios Rhythm Tech

Ramiro Flores toca con cañas González y accesorios BG





1.
Ordóñez tiene un jardín, en su casa de toda la vida.
Un jardín: donde recuerda y anhela –y se mezcla;
desbroza una maceta de yuyos,
ordena un poco,
mira las montañitas que hacen
las lombrices después de la lluvia.

2.
Antes de salir a dar una vuelta, Ordóñez imagina que el día será hermoso:
la temperatura ligeramente cálida,
la brisa fresca de la tarde
colándose dentro de su camisa
mientras camina
entre los árboles
altos del otoño.
Sale. Está fresco, no hay árboles: hay portones viejos, paredes grises y gente no muy de su gusto. Camina. Se inquieta: en todas las direcciones, gente que lo asusta un poco.
Ordóñez vuelve a su jardín, a disfrutar de la tarde.

3.
En el jardín de Ordóñez hay un estanque.
O un piletón.
No hay cisnes que nadan, y las carpas no son admirables:
Hay agua verde que no deja ver.
¿Viven las carpas?

Los reflejos del agua son siempre hermosos,
con eso Ordóñez se entretiene
hasta que entra en un estado
distinto.
Meditación, le llama él.
Siente dos, tres, varias emociones al mismo tiempo.

4.
En el jardín, Ordóñez tiene un banquito, muy lindo, para dos.
Cuando cae la tarde, se sienta en el banquito y recuerda secretamente a Ernestina.
Es el lugar que más le gusta del jardín.

5.
Cuando era joven, Ordóñez tenía un Ami 8, siempre impecable.
Con el tiempo y la lluvia, el Ami 8 se fue oxidando y un día dejó de andar.
Ahora está en un costado del jardín.
Ordóñez sabe que un día va a comprar los repuestos que le faltan
(un día anterior debería averiguar cuáles son)
y va a repararlo, pintarlo y dejarlo estupendo:
de colección.

6.
En otoño la glorieta está seca y se puede ver el cielo, gris;
hace fresco, no dan muchas ganas de estar sentado ahí.
Pero en verano las hojas crecen, y la temperatura es perfecta
para pasar un rato tomando mate.


www.youtube.com/watch?v=r8SVKAsu0_0
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Clara Lucila Siancha
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