Martes, 05 de Diciembre de 2017
Martes, 21 de Marzo de 2006

Parece algo muy simple... calmar el dolor

Por Mónica Berman | Reportaje a Adrián Canale
Puerta Roja es un teatro cuyo frente es azul y en el cual se recorta una puerta pintada con el color que le da nombre al mismo. Allí habitan Adrián Canale, Marcelo Subiotto y otros integrantes que forman parte de un grupo que se autodenomina Colectivo Teatral Puerta Roja.
Esta vez tienen en cartel, entre otras obras,
Remedios para calmar el dolor y Parece algo muy simple (reestreno). En ambos casos, el punto de partida del director, Adrián Canale, se configura a partir de ciertos materiales que no son textos dramáticos: en el caso de Parece algo muy simple ,un cuento de Raymond Carver “Parece una tontería” y en el de Remedios para calmar el dolor, textos de Osvaldo Lamborghini, Hebe Uhart y recetas de las flores de Bach.

- ¿Cómo trabajan en relación con los textos previos?

- A partir de un texto literario (Carver, Lamborghini, Uhart), cada actor estudia párrafos aislados, sin relación entre sí; en ocasiones tiene una idea básica de lo que dicen los textos. Sobre este comienzo se empieza a improvisar, descomponiendo en la acción,
textos que fueron escritos solo para ser leídos.

-¿Y cómo se produce el pasaje a la escena?

- Esa es la primera escritura escénica. Sobre ella yo comienzo a montar el texto espectacular y el texto escrito. Casi todo en función de lo que veo en el cuerpo y en el espacio, haciendo un montaje, tanto a partir de lo que proponen los actores, como desde lo sugerido desde la dirección.

- Ambas puestas parten de textos que no son dramáticos, en sentido estricto, pero las propuestas son muy diferentes en relación con el vínculo de origen. ¿Nos contás cómo trabajaste cada una?

- En el caso de Carver, al ser el relato más lineal, se descomponía porque era contado a tres voces: el panadero, la madre y el padre, y se presentaba como si ya hubiera sucedido meses atrás. Eso daba el efecto distanciador del relato, pero con la carga emotiva de
que lo hubieran vivido ellos mismos. En cambio, en "Remedios..", el comienzo fue más
abstracto, ya que se cruzaron, caprichosamente, Lamborghini y Uhart, y luego fuimos armando esta historia de vecinas y amigas, a las que unían también, las recetas medicinales de Bach. Esta inclusión fue clave, ya que, los nombres de los remedios y sus usos, son altamente poéticos e inspiraban el tipo de enfermedad de cada uno de los personajes.
En "Remedios..", la historia que fuimos armando nos llevó a la muerte de uno de los personajes. La narración final a público y el baile nos servían para desacralizar y aliviar un poco lo que estaba pasando. Tal vez, algo similar a lo de los pancitos en Carver.
Un alivio al dolor. Como dice Violeta "..Arre, hermosa vida..". Todo el procedimiento de escritura y montaje tiene como objetivo desmaterializar lo más posible la forma (o sea que se vea algo sencillo), para dejar en primer plano lo espiritual de cada historia.

-¿Y cómo trabajás con la actuación?

- Con respecto al código de actuación de Violeta, la idea fue contraponerlo bastante al de Leonor, en Remedios. Por eso la decisión de la sobreactuación. En este caso, tomamos como base a las actrices del Neo-realismo italiano, o sea, el punto de partida fue hacer una Sofia Loren o una Ana Magnani, bien exagerada, para tratar de que le levantara el ánimo a la depresiva Leonor. Estas cuestiones rondan siempre lo que tratamos de investigar con Marcelo Subiotto, con el Colectivo Teatral Puerta Roja, con respecto a los modos de narrar.

Adrián Canale hablaba de unos pancitos... Estos, las uvas, la poesía, son todas formas precisas, profundamente teatrales, para aliviar el dolor.

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