sábado, 23 de mayo de 2020
Lunes, 26 de febrero de 2007

Informe I: Estudios de teatro. IUNA y EAD. Dos instituciones públicas y gratuitas

Por Mónica Berman

En la vida, ya se sabe, algunos eligen ser médicos, artesanos, contadores, ingenieros, otros deciden ser actores (o directores, dramaturgos, escenógrafos, iluminadores).
La ciudad de Buenos Aires ofrece dos instituciones públicas en las cuales esta decisión puede devenir realidad: el IUNA (Instituto Universitario de Arte) y la EAD (Escuela de Arte Dramático del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires). Ambas instituciones tienen, aunque los nombres aparezcan como “nuevos”, un origen de antigua data. Pasemos a explicar. La EAD fue hasta 2000 la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) y el IUNA constituye, transformada, lo que alguna vez fue la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD).
En el IUNA existen múltiples unidades académicas: la de artes del movimiento, musicales y sonoras, audiovisuales, visuales, áreas transdepartamentales como la de folklore, formación docente, artes multimediales y crítica de arte. Nuestro objeto es ahora la unidad de artes dramáticas. En este departamento se cursan tres carreras: la licenciatura en Actuación, la licenciatura en Dirección Escénica y la licenciatura en Diseño e Iluminación de Espectáculos.
Para las dos primeras es necesario cumplimentar con un curso de ingreso (CPU) que es necesario aprobar para integrar el alumnado de la institución.
El curso de ingreso para la licenciatura en Actuación se dicta en febrero (los lectores impacientes deberán esperar hasta fin de año) pero hay algunas cosas que tal vez se pueden ir haciendo (el consejito también sirve para la EAD): como se piden algunos estudios médicos excluyentes, los interesados pueden saber en qué condiciones están (una alumna me contaba que había tenido un problema vocal que le impidió ingresar en una instancia anterior y que luego de un tratamiento lo solucionó) para no desilusionarse con algo que se puede evitar.
Volvamos al CPU. Las materias que lo integran son actuación, rítmica, vocal, corporal y texto. Estas instancias no son de aprendizaje, sino que sirven para evaluar las condiciones de los aspirantes. Si se supera esta etapa, hay una audición en la que se presenta un trabajo breve ante un tribunal y se decide si el aspirante pasa o no a formar parte del estudiantado.
Algunos chicos sueñan con que no haya más curso de ingreso y con poder entrar todos los que deseen hacerlo; otra opinión en un universo de convivencia no siempre demasiado sencilla. En fin, en el IUNA no existe un cupo establecido previamente y, por ende, algunos años hay mayor cantidad de aspirantes a ingresar que en otros. En 2007 fueron 723.
Recordemos que la licenciatura en Actuación tiene una duración de 5 años, y unas 3.600 horas de cursada. Por lo tanto, no está de más tener en cuenta que no es opción para los que afirman “pero a mí sólo me interesa actuar”, puesto que hay materias tanto prácticas como teóricas, porque el perfil es el de un estudiante universitario.
De esta etapa universitaria todavía no hay egresados. Sí hay licenciados entre los egresados del régimen anterior que cumplimentaron el SEU (Seminario de Equivalencia Universitaria). En cuanto los actores que ya llevaron a cabo su proyecto de graduación y entregaron su tesina la defiendan, tendremos a los primeros licenciados en Actuación del IUNA.
En la EAD existen dos carreras propiamente dichas, la de Formación del Actor y la de Puesta en Escena. Además hay dos cursos: el de Dramaturgia y el de Escenografia.
La EAD es un instituto superior no universitario. La carrera de Formación del Actor dura 4 años (son 34 materias, con un proyecto final y una serie de seminarios obligatorios).
También aquí hay un ingreso, y además de cumplimentar los requisitos de inscripción y médicos, los alumnos deben rendir las pruebas, que son cuatro y cada una eliminatoria. La primera implica un trabajo escrito, un análisis y comentario de textos; la segunda un encuentro con el equipo de técnica corporal, cuyas pruebas tienen como objetivo la evaluación de las capacidades corporales del postulante; luego un control por parte del gabinete fonoaudiológico, con evaluación de aptitudes vocales y musicales. Para los que hayan aprobado todas estas instancias queda el encuentro final con los equipos de técnica actoral, técnica corporal y técnica vocal. Allí se presenta un trabajo pedido previamente y cualquier otra demostración que solicite el cuerpo de profesores . Las pautas de esta prueba son elásticas, de modo de facilitar el trabajo de evaluación del cuerpo de profesores, y por eso se suele exigir la presencia del postulante en más de una jornada. Como en esta institución hay un cupo de ingreso, los docentes más de una vez se ven obligados a disertar largamente para seleccionar a sus futuros alumnos.
En general se presenta un promedio entre 300 y 400 postulantes para un cupo de 60, dividido en los dos turnos. Ya hay egresados terciarios, es decir, del nuevo régimen.

Para los que sueñan con ejercer la actuación como forma de vida, Buenos Aires invita, propone un sueño y un desafío. Este año muchos habrán cesado de soñar y, como en el microcuento de Augusto Monterroso, se podrá decir “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”

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