Lunes, 05 de Enero de 2015
Lunes, 01 de Febrero de 2010

La vie en Rose

Por Mónica Berman | Espectáculo Piaf

Edith Piaf fue un personaje sumamente particular. Y particular, también, resulta hacer un comentario de una propuesta escénica como ésta, en un ámbito como "Alternativa Teatral". Y sí: Piaf es una obra del teatro comercial, pero no ya local sino internacional.

En ocasiones, cuando se escribe se lo hace con el propósito de que una propuesta se conozca, tenga difusión, se acerque a un público que, de lo contrario, desconocería su existencia.
No es el caso. Uno podría decir que Piaf no necesita estas palabras. Quien escribe, sin embargo, considera que los lectores también pueden tener la posibilidad de una lectura alternativa de Piaf, porque (¡vaya paradoja!), si en aquel París hubiera habido una Alternativa que diera cuenta de los músicos, aquél hubiese sido su lugar ideal de difusión en origen.
Digamos que prejuicios hay en todos lados. Existen los que no se acercan a un pequeño teatro, con actores y directores desconocidos, pero también están aquello que, frecuentando determinados circuitos, desautorizan el valor de otros.
Claro que son muchas las cuestiones que se plantean frente a lo que habitualmente se desarrolla en una crítica: la dirección, la iluminación, la dramaturgia, así como el hecho de que esto se "importa" y por ellos no se sabe hasta qué punto tiene sentido que se emita una opinión de un objeto cuya factura se constituye con condiciones de producción absolutamente distintas a las nuestras.
Sin embargo, y aquí está la clave, los actores hacen su trabajo en estas pampas, pero dejémoslo para el final.
Se puede partir de lo temático: puede que estén los que amen (como la que escribe), de antemano, al personaje y sencillamente esperen con impaciencia las canciones favoritas y atiendan a los modos posibles de contar una historia que ya se conoce, y en ese conocimiento previo hallen el placer; puede que haya quienes conozcan la triste historia de esta cantante y esperen ver de qué modo se trataron en el espectáculo los acontecimientos de su vida. Puede también que alguien se acerque desconociendo absolutamente la vida y obra de "El gorrión de París".
Para cualquiera de los tres casos, Piaf propone una lectura sencilla y fácil de atender. No estamos -queda clarísimo-, ante un teatro hermético.
¿Cómo se cuenta la corta vida de una persona?, corta pero plagada de acontecimientos: amores, dichas y muchas desdichas, guerra de por medio, triunfos, viajes, alcantarillas.
Y sí: la vida de la Piaf es un verdadero melodrama. Algo así como el paradigma del género (aunque alguna regla no se cumpla). La decisión del relato y de la puesta es, definitivamente, valerse de una sinécdoque, es decir, mostrar la parte remitiendo al todo. Y se juega de manera constante con los cruces, el empedrado, el gris de las paredes, los telones lujosos, las arañas para iluminar, los objetos que son signos evidentes de los lugares, los momentos en los que se desarrolla la acción, del mismo modo que el vestuario.
Los cambios son manifiestos. Por dar un pequeño ejemplo: a Piaf le quitan la ropa que lleva puesta y se la cambian por otra, en escena. Es decir, nada de oscuridades en el relato ni en los signos que lo refieren. La palabra también sirve para hacer presente lo que no está: el hotel con todas las habitaciones que ocupan, o el hambre de la guerra y la resistencia francesa.
Los recursos son múltiples como uno espera, desde jugar como si hubiera una cámara lenta, hasta trabajar con sombras. Y todo está bien hecho, prolijo, sencillo, sin grandes ampulosidades.
El renglón aparte es para ellos, los protagonistas, el trabajo que hacen es absolutamente maravilloso. Tanto quienes actúan casi solamente, como quienes actúan y cantan.
De la tarea de Elena Roger, se dijeron cataratas de elogios, todos bien fundados. Parece que está cantando la Piaf, con su voz tan particular, con sus gestos, con sus arranques.
Están en Buenos Aires por poco tiempo más. Que cada uno decida si vale la pena arriesgarse a ver un espectáculo así.... 

 

Publicado en: Críticas

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