Irma Córdoba

Irma Córdoba (20 de julio de 1913, Esquina, Corrientes, Argentina - 18 de mayo de 2008, Buenos Aires, Argentina) 

Era una actriz distinguida. Y en más de un sentido. Los premios, los trabajos y la lista de nombres que la acompañaron en su hoja de ruta dan cuenta del lugar ganado, ya, en la virtual memoria de la escena nacional. Compartió cartel con Enrique Serrano y Florencio Parravicini. Con Eva Franco y Eva Duarte. Con Niní Marshall y Tita Merello, con Osvaldo Miranda. Fue dirigida en La dama boba por Federico García Lorca. "Perdí la cuenta de todas las obras, películas y programas que hice... Sé que hice de todo y de todas: fui hija, prima, hermana, tía, madre, abuela. Jamás permití que la ficción me mostrara ridícula... a todos mis personajes les puse mis años, que siempre me dieron orgullo", reconoció en una de sus última entrevistas, a fines del 2002, poco después del merecido homenaje que le tributó Argentores a 65 años de su primer "gran papel en cine" con Los muchachos de antes no usaban gomina (1937).

Cada vez que Irma echaba la vista atrás para repasar el camino andado bromeaba con eso de "no pudo haber sido otro. Mi padre, que era empresario de un teatro de Paraná, apenas nací hizo poner una cuna en el palco que él tenía asignado para sus familiares. Y ahí me llevaban todas las noches". Y fue su papá quién insistió para que ella diera sus primeros pasos sobre las tablas. Amigo de Angelina Pagano, la llevó para que le tomara una prueba a su hija, que por entonces iba a la primaria: "Yo quería ser bailarina, pero en mi casa querían que fuera actriz". Y como si hubiera sido más fuerte el sueño que el mandato, la primera prueba de actuación le dio la razón. Ella subió al escenario y recitó los versos de El perro, que lo había aprendido de memoria en la escuela.

"Era muy largo, muy pesado. Lo empecé a decir y yo misma me di cuenta de que era medio aburrido", le confesó a Clarín a fines del 95, en una entrevista que dio en su casa de Barrio Norte, con algunos, pocos, premios a la vista, y la sencillez de quien no necesita mostrar para dejarse ver. Esa tarde, con los recuerdos actualizados a la hora del té, contó sin pudor alguno que "Angelina me escuchó con mucha paciencia, luego comentó algo al oído con sus asistentes y después afirmó: Bueno, mejor la vamos a poner en el cuerpo de baile". Sin embargo, a los pocos meses, alguien de la compañía descubrió sus herramientas como actriz y la pusieron la frente de obras infantiles como El gato con botas y El sueño de Pelusita.

Con los años llegaron los radioteatros, su papel consagratorio en TV con Mi marido y mi padrino —al que le siguieron telecomedias del mismo corte, telenovelas e inolvidables composiciones como la Paula Santini de El precio del poder—, clásicos del teatro y más de 30 películas, con títulos como Tres argentinos en París, fuera de la ley, Noches de Buenos Aires, Mirad los lirios del campo y Navidad de los pobres.

Había nacido el 20 de julio de 1913, tenía una hija, dos nietos, un pasado bañado por la época de oro del cine y la escena, que, sin embargo, jamás siquiera la obnubiló. Era dama de otra época, como ella bien decía. Y vivía como decía.- 

20 Espectáculos en los que participó