Mauro Coletti

Mauro Coletti, 06 de diciembre de 1977, San Salvador de Jujuy.

“¡Soltame, Carnaval!, gritaba yo, de rodillas y enharinado. Andaba prendido fuego detrás del diablo, encaprichado en quitarle la careta. Esa noche tocábamos en Jujuy pero mi papá se imagino que no iba a volver a tiempo así que se fue a Maimara con mi mama y con mi hermano para buscarme. Arrastrándome del brazo y con mucha paciencia consiguieron llevarme, me ducharon y me subieron al escenario”.
Vehemente hasta la exageración, el que es hoy habla con ternura del rubito de ojos claros y 16 años que era ese febrero de 1994.
Con la salvedad de sus después de comer, cuando parece puesto a hibernar, Mauro se adivina apasionado y tierno sin treguas. Basta seguirle el rastro durante un show de los Tekis: bastonero de quenas, zampoñas y sicus, inclaudicable arengador de multitudes, toma las variadas formas del viento en la brisa, la calma chicha, el huracán.
La referencias a su padre médico –que le heredó la veneración por la amistad, por el valor de la palabra y por el sabor noble de las hojas de coca–, no se le alejan de los labios. Fue a través del doctor Daniel que se acerco a la primera quena y de su mano, con ocho años, que cruzó el puente sobre el Río Grande para llegar a la peluquería de los hermanos Chañi.
“Eramos cuarenta pendejos que jugábamos a la bolilla, a las escondidas y que, de a ratos, aprendimos a tocar. Apenas llegue lo conocí al Pipo y entramos en la banda de los mayores, era un orgullo enorme tocar con los Chañi. Ya teníamos idea de armar algo con Pipo, con el Seba, cuando vino el maestro Mazueli a buscarnos y los peluqueros nos prepararon para acompañar al coro Las voces de la Quebrada en la Misa Criolla”
-¿Cómo vamos a presentar a los chicos?, pregunto alguien.
-Como los Tekis, contesto una señora.
“Tekis es eso, chicos. Mas precisamente los changuitos que las collas llevan en la mochila a la espalda”.El chico Mauro nadaba y jugaba al handball pero lo fue dejando por los tangos que aprendía del bandoneonísta Cisneros y que sumaba sin prejuicios a los huaynos y carnavalitos que ensayaba cada noche, de nueve a una, con quienes son sus hermanos elegidos para siempre.En 1991 Los Tekis debutaron en el Festival de la Serenata de Cafayate: “Fuimos por una noche y nos quedamos tres días. En Jujuy todos tocábamos y cantábamos, todos somos de pasarla bien en familia. A veces, cuando llueve fuerte, se corta el camino para ir al Norte. Pero nadie se pierde el Carnaval: una vuelta, mi papa nos llevo desde Volcán hasta Humahuaca, cuarenta kilómetros, con el auto por las vías del tren”.
Después de algunos años con domicilio cordobés, Mauro vive de nuevo en Jujuy. Eso le agrega muchas horas de caminos por semana pero lo acerca al hogar, a las comiditas caseras y a los reñidos partidos de sapo en el bar Quitapenas de la Tía.

3 Espectáculos en los que participó