01/10/2008 10:34 Kolm Una obra rara, con muchas cosas interesantes y algunos desaciertos. Conozco gente a la que le pareció brillante. Para mí, está entre lo más flojo de Spregelburd: quizás el hecho de escribir y experimentar con 4 o 5 obras a la vez y la presión de innovar todo el tiempo le estén jugando en contra.
Acierto:
El juego de la construcción de la ficción dentro de la ficción, el efecto extraño y fascinante de querer seguir la historia aún sabiendo de su artificialidad.
Desacierto:
Spregelburd desecha el modelo de piezas sueltas que encajan al final a la perfección (y que le dio tan buenos resultados) y prueba dejando cabos sueltos, digresiones, caprichos, ejercicios de actuación. Estos elementos no serían un error si no se abusaran de ellos en una obra de 3 horas.
01/10/2008 01:20 Mariana ¡Mi aplausos para Spregelburd! Artista completo... escritor, director, actor...
La obra es compleja, pero comprensible. Propone un interrogante para el espectador: ¿Qué es la ficción? ¿Qué es la realidad?
Me impactó. Las tres horas me parecieron llevadas en un tiempo muy dinámico, de hecho no quería que terminara la obra. La creación de dos ficciones, la teatral y la proyección audiovisual logran unas cajas chinas que sólo se resuelven con mirada crítica y participación activa (es cierto que si hubiese ido cansada me hubiese costado seguirla y disfrutarla). Me gustó mucho el trabajo con el lenguaje que tiene el texto y la actuación de Pablo Ruiz: brillante!
22/09/2008 12:40 Gabriela ante todo, no me cierra el titulo, pero es una opinión totalmente personal, por supuesto,
creo que ultimamente se da mayor importancia a las puestas que a los argumentos, la puesta me paració interesante, (conviven varias parecidas hoy en día), de todos modos hiper correcta y ajustada, excelentes las actuaciones, y el timming,
la obra bien, era lo primero que veía de el, bien dirigida,
hubiese acortado algunas escenas,
no morí, interesante, tal vez podría vivir sin ella, pero interesante
05/09/2008 21:22 D.V. La obra resulta brillante, compleja, críptica y viva. Peca solo de darse en un campo cultural donde abundan espectadores dignos de ella (espectadores poco preparados, acostumbrados a que una obra de teatro sea lo que ya es, lo que suele ser, y se siente repelidos, espantados, aburridos ante el contacto con algo que se corre de esos parámetros banales).
Nada se dará este año en la escena porteña que alcance el aura de perfección lúdica de esta obra de Spregelburd - que a esta altura es pueril no ejercer otro movimiento que no fuese el de reverenciar tan caudalosa y preciosista obra.
Probablemente canse a más de uno. Aun así, la obra no es larga, sino justa.
20/07/2008 23:06 CARLOS Esta obra refleja la soberbia del director. Mas de dos horas para decir siempre lo mismo. Llena de cliches y caprichos del director. WOwww spregelburd !!! dejemosnos de inflar ese globo
Mi respeto a los actores, que son excelentes a pesar del texto y la direccion.
13/07/2008 23:00 Karina 4 Hace un par de años tuve la agradable sorpresa de ver “El pánico”, una obra algo extensa pero que no se sintió como tal y que realmente divertía.
Ayer estaba entusiasmada con encontrarme con algo parecido a lo que había visto. Nunca hay que esperar nada
Se me hizo insoportable…sobre todo el final. Lo que proyectaba la pantalla era mas llevadero que cuando actuaban. Me molesto que la fila de adelante tenga el coraje para irse de la función porque yo con lo que me gusta el teatro no puedo darme esos lujos y prefiero sufrir.
Interminable y poco entendible. Una pena porque se nota que detrás hay mucho trabajo.
28/06/2008 15:15 Santiago S 10 Una obra formidable. Spregelburd sigue despreciando los formatos típicos de la escena argentina y apostando a una complejidad creciente en su dramaturgia. La nota distintiva la da el uso de la tecnología en primer plano y la ausencia de Héctor Díaz, muy bien cubierta por Pablo Seijo. Para más datos, hay una reseña que hice en el blog de 150monos y que puede leerse acá .
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