17/07/2007 13:01 Mariano V 5 La obra está buena, están buenos ellos, y por algún motivo que tiene muy poco que ver, con los procedimientos literarios convencionales de la verosimilitud escénica (nada que ver con el naturalismo), está bueno que esa artificialidad que necesariamente implica repetir fragmentos aislados de la vida de 3 personas en un subsuelo con unas proyecciones atrás y varios autos de mentira, desaparezca frente a la sinceridad cándida de los tipos en el escenario. Ejemplo: el momento en que Carlos Toledo, uno de los profesores en la escuela de conducción, nos cuenta que su mujer volvió a fijarse en él desde que está en una obra de teatro. Es la belleza del Teatro Documental y es uno de los motivos por los que la obra es más que una curiosidad (aunque sin duda es una curiosidad también).
La reseña entera la subí acá: http://identificacionesimaginarias.blogspot.com/2007/07/escuela-de-conduccin.html
08/07/2007 15:00 Daniel 7 Interesante. Toda una experiencia para vivir. Esta bueno que se arriesgue con puestas asi!!! Felicitaciones.
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