28/10/2006 07:31 Manuel O Me parecio muy buena la obra. Los personajes logran relaciones muy vertiginosas sin que de hecho suceda demaciado entre ambos. Los pocos choques entre los tres están cargados de mucha tensión, de soledad, de frustración, que van marcando el transcurso de la historia. Esta no se muestra desde el comienzo, el espectador llega a la obra ya en el medio de una escena muy avanzada, uno tiene el mal sabor de boca de haber llegado tarde a la función y haberse perdido como es que esos dos hombres tienen semejante relación. Me pareció un recurso muy bueno sobre todo teniendo en cuenta que la historia tampoco se resuelve.
El conflicto principal, la mujer, es lo único que aparece y desaparece abriendo y cerrando un capítulo en la vida de los dos varones, simplemente un problema que se abrió, al que se enfrentan una y otra vez erradamente, toscamente, y que luego se despacha para volver a la tensionante tranquilidad de la situación inicial. Tenemos casi dos prototipos de incapasidad masculina: el joven, inexperto, indeciso, con tanta transparencia en sus emociones que solo logra más confusión; por el otro lado el hombre maduro, demaciada experiencia para apostar nuevamente al afecto, oscila constantemente entre dejarse llevar y manejar responsablemente la relación entre los tres, lo que lo convierte en un personaje bastante complejo, entre patético y sobrio pero siempre intrasigente. A esto hay que sumarle una extraña relación entre los dos, entre homosexual, servil, familiar, corporativa, muchas puntas se diparan aquí en variadas direcciones no necesariamente coincidentes.
Por último, el personaje de la mujer me pareció totalmente abierto a cualquier posibilidad en el sentido más negativo en que se pueda pensar esto, la pequeña historia que ella misma cuanta de si remarca su actitud de entrega al destino, no de busqueda. Cualquier situación actual no va a revertir su condición de parasito.
Si bien la obra no me pareció machista en cambio sí me pareció una mirada viceralmente masculina, con todo el ideario del sexo fuerte, del gesto grotesco de quien sufre la aceptación de esa condición, tanto en los hombres como en la mujer, ya que la mujer es también un personaje moldeado desde la visión de un hombre. M, el personaje de Natalia Depetris, podría funcionar perfectamente como la alucinación conjunta de los otros dos personajes, como el producto de la situación nefasta en la que se encuentran, y tal vez de eso da cuenta un poco la tragedia del final y el resultado solo sea haber vuelto a guardar los sueños en la maleta.
22/10/2006 23:22 Marina Considero que esta es una obra en la que el espectador va a experimentar gran cantidad de sensaciones, serán encontradas, pero no por eso desagradables. Está bueno verla para descubrir en uno ciertos condimentos de la personalidad de nosotros los mismos espectadores. Impactante uso del espacio. Muy buenas actuaciones, se siente el compromiso. Verla te modifica.
02/09/2006 22:52 Mauro Hace ya unas semanas que vi esta obra y aun sigo recordando y meditando sus momentos... Creo que la propuesta de este grupo se digiere muy facilmente ya que se han cuidado todos los detalles. Las actuaciones son buenas y la puesta se apoya en buenas ideas, algunas desde lo visual y otras en lo espacial como la limitación en la cantidad de público y la cercanía de éste a la escena. La sensación que a uno le queda a la salida es de aquellas que motivan a pensar en lo vivido por uno como público a través de la historia de estos tres personajes de Borges, eso es algo que no suele pasar en muchos espectáculos.
03/08/2006 11:42 *LAM* Isosceles, una obra inquietante, mantuvo mi atención de principio a fin con los cambios de ritmo sincronizados q nos toman por sorpresa, realmente recomendable, muy interesante...
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